CINCO

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—Bien, tenemos que buscar una mesa— comento Burcu viendo a la castaña asentir antes de tomarse de las manos

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—Bien, tenemos que buscar una mesa— comento Burcu viendo a la castaña asentir antes de tomarse de las manos.

Para ser un día entre semana el bar estaba bastante lleno, y ya había gente bailando en la pista.

Las chicas apenas iban llegando mientras que los chicos ya estaban allí desde hace un rato. Can miraba todo desde su asiento mientras tomaba su trago.

—¿Aquellas no son?— escucho preguntar a su amigo mientras señalaba a la distancia. —SI SON— confirmo Burak mientras Can fruncia el ceño.

—¿Quienes? No me digas que me trajiste a una de esas cosas donde me obligas a tener una cita doble— acusó el castaño antes de notar la burlona sonrisa de su amigo.

—Yo no la planee, pero si lo sera— aseguro Burak antes de voltearse. —KIRAZ, BURCU—grito entonces dejando a Can estático. Sus ojos siguieron la mirada de Burak para confirmar que sí, Kiraz y Burcu en ese mismo instante giraban el rostro para verlos.

—Estas loco. ¿Que te pasa?— gruñó Can tomando a su amigo de la camisa.

—Cálmate, parece que están solas, puedes tomar una copa con una vieja amiga. Y conoces a Burcu— le recordo Burak antes de seguir agitando la mano como si fuera que las chicas no los habían visto.

—¿Tu quieres ir?— pregunto Burcu al otro lado del bar.

—No lo se, las cosas están raras..— intento reflexionar Kiraz.

—Bueno, tal vez esta es una buena oportunidad para que se relajen, ya sabes con unos tragos, recordamos viejos tiempos y ya. Puede que eso ayude— argumento la rubia logrando convencerla.

Ambas caminaron entre la gente hasta llegar a la mesa en donde Burak las esperaba con una sonrisa.

—Kiraz, cuanto tiempo— dijo el pelinegro antes de envolverla en un abrazo que la hizo reír.

—Así es, que bueno verte Burak— respondió la castaña antes de voltear a ver a Can que los observaba con la mirada seria. —Can, hola— saludo ella antes de dejar un beso en su mejilla.

—Kiraz, Burcu que bueno verlas— saludo entonces el castaño dejando un beso en la mejilla de la rubia que ya había saludado a su amigo.

Burak enseguida se puso a hacer conversación con las chicas, preguntándole a Kiraz sobre sus años fuera y como le había ido en la empresa.

—Si, apenas voy empezando— comento Kiraz mientras el pelinegro asentia.

—Cierto pero eres talentosa, además como se lo dije a Can, era obvio que volverías. Ustedes se criaron en medio de esos escritorios— dijo Burak ganándose una mirada asesina por parte de su mejor amigo que ahora moría de vergüenza.

TOCARAS A MI PUERTA?Where stories live. Discover now