A modo de final.

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Querido lector.

Tu, que has estado leyendo esto desde que inició hace casi un año o incluso antes. Quiero comentarte algo al respecto de este poemario y lo que encontré yo aquí. Cuando empecé esto no tenia ni idea de lo que me estaba enfrentando. Me sentía tan mal por mis propios errores que todo era un sin fin de cosas que me dolían sin parar. Como puedes darte cuenta, cada escrito muestra el desgaste mental y físico de cada ser. Todo desde el punto de vista de como yo lo veía en mi mente. Quizá todos hemos estado en el Distrito Rojo. Quizá todos hayamos perdido la luz, pero..., querido lector, a cada día te darás cuenta de que no es el fin. Encontraras personas nuevas, personas malas y buenas, personas que te harán encontrarte a ti mismo en esa realidad que necesitas. Donde tus errores o los de otras personas hacen un bien o un mal a la larga. Donde conocerás el sufrimiento y también la felicidad. Quise terminar esto hace muchísimos meses, pero no era el momento, pues si, terminé los poemas y aprendí algo. ¿Pero había salido de allí?. No. Eso creó un extraño espiral que me hizo cuestionarme si realmente algún día saldría de aquí.

Pero es tan extraño como todo tiene un inicio y todo tiene un final. Tal vez lo que duele hoy, mañana dolerá menos. Solo es cuestión de ir un paso a la vez.

Recuerda, el sol siempre saldrá al amanecer. No importa que tan oscura sea la noche, o que tan perdido estés. Tienes un lugar valioso en este mundo. Solo debes luchar por el.

Con mucho gusto, y animo. Te digo a ti.

Gracias por visitar el Distrito Rojo, que la luz siempre guíe tu camino a casa.


--Armando Machado

El Distrito RojoWhere stories live. Discover now