Cueste lo que cueste

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Con un libro en la mano,

el olor a limpio y a libros,

cierro la libreta bajo las escaleras de la biblioteca,

dejo el libro sobre la recepción.

--Te dije que no entraras aquí.--Miro la entrada para encontrarme con sus ojos molestos.

--¿No puedo leer?.

--Aquí no.

Guardo silencio y no respondo más, 

salgo por la puerta y miro a todos lados,

está todo vacío,

hay un tiempo nublado,

camino a la parte de atrás para acostarme en el césped.

Me desplomo y miro el techo.

--Sigues escapando aquí.-dice por lo bajo. 

Ella es una valkiria.

--Lo sé, solo no digas nada...

--Puedo verla, pero no su rostro.

Levanto la cabeza y nos veo andar juntos, 

ella sostiene mi mano con una sonrisa,

esto ya no existe, 

solo en mis recuerdos.

No recuerdo su rostro,

tampoco su voz,

en las noches solo me persigue el miedo de escucharlo.

La valkiria me abraza para arrullarme,

y entre lagrimas de ira, 

remordimiento, 

me duermo.

Soñando con ese futuro que jamás va a ser verdad.

El Distrito RojoWhere stories live. Discover now