Arrastrándome fuera del paraíso,
desangrando,
muriendo de dolor,
con mi último aliento le recé a Dios.
Entre lagrimas, entre miedo y frustración.
Una puerta se abrió y el ángel me salvó nuevamente.
Escondidos en pecado, a la sombra de los arcángeles,
reparando nuestras heridas,
sentí encontrar el perdón.
Pero cada día que pasaba,
me enfrentaba a una realidad maldita.
El ángel estaba escapando de la verdad.
Y cada día más se hacía evidente cada mentira,
cada sentimiento se obscurecía,
hasta que ya no quedó nada.
Salí sin mirar atrás del paraíso,
sosteniendo mi alma en mis manos,
una aureola rota,
y un color blanco desgastado en mis alas negras.
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El Distrito Rojo
PoetryTodos hemos estado allí, todos caemos allí tarde o temprano, la pregunta es. ¿Es malo?. Bienvenido al Distrito Rojo. La hermosa portada está hecha por mi diseñadora favorita: OmiBiIre Hace diseños hermosos, ¡es simplemente arte!
