Virtud y vicio

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Frente a miles de ojos,

sentado en el centro,

con los ojos cubiertos,

siento como ella me monta.

Siento que se entrega a mi pero realmente soy yo entregándome a ella.

Sus uñas rasguñan mi piel,

mi sangre brota de las heridas,

Ese placer es solo de ella, no es mio, no existe la virtud cuando solo hay vicio.

Mi piel arde por dentro hasta quemarme, y solo entonces lo acepto.

Soy un demonio.

Escucho gritos, lamentos y todo se hace más claro,

la súcubo está ahora a mi merced,

ahora nada me detiene del destino trágico,

de este final genocida.

El Distrito RojoWhere stories live. Discover now