Capítulo 24

2.5K 228 199
                                    

Me moví entre las sábanas mientras trataba de abrir mis ojos, llevé una mano a mi cabeza la cual me dolía. No iba a volver a tomar otra vez, el alcohol no era para mí. No, no.

Demonios, mi cama estaba más suave de lo normal.

Con la mano en mi cabeza logré abrir mis ojos, mi frente se arrugó cuando no encontré mis pequeñas estrellas de colores pegadas en el techo. De manera rápida me incorporé para sentarme sobre la cama cuando escuché correr la regadera del baño de al lado.

¡Por mis crushes literarios estaba en el cuarto de Kalem!

Oh, no, no, no.

Llevaba puesto mi vestido de anoche y encima uno de los grandes suéteres del castaño, el cual olía a él y pensaba tomarlo rehén sólo por esa razón. Pasé una mano por mi cabello para revolverlo con frustración. ¿Qué había pasado anoche? Recordaba despedirme de Nora, me había asegurado que se fuera con el pelirrojo de su novio, después Kalem me trajo a su casa en su carro e hice que me cargara en sus brazos para subir las escaleras hasta llegar a su cuarto.

El castaño me aseguró que sus padres no estaban y el pequeño individuo estaba durmiendo. Solté un bufido de vergüenza y llevé mis manos a mi rostro cuando imágenes de mí, saltando sobre la cama de Kalem y dándole un mini concierto usando mi celular como micrófono, llegaron a mi cabeza. El castaño no parecía enojado, al contrario, parecía divertido y hasta sacó su celular para grabarme. Este chico. Luego, recordé a Kalem acostado a mi lado abrazándome y acariciando mi cabello hasta que cerré mis ojos y caí dormida.

Este cuerpo traicionero fue débil anoche.

Se suponía que tenía que alejarme de él para organizar el desastre en mi cabeza, pero hice todo lo contrario. Culpaba al alcohol por ponerme cursi y débil a sus encantos, también a esa camisa reveladora que llevaba puesta que lo hacía ver caliente.

Me levanté rápido de la cama para buscar mis zapatos, mientras me los ponía apurada miré una botella de agua y un pequeño envase de pastillas para el dolor de cabeza sobre la mesita de noche, al lado de el estaba una nota que decía: "Toma dos cuando te levantes, pequeña escritora." Y añadió una carita feliz con un pequeño corazón.

¿Cómo podía ser tan dulce?

Tenía miedo. Miedo de lo que estaba sintiendo por él.

Kalem me gustaba. Mucho. Demasiado.

Y estaba asustada.

Me sentí muy mal cuando salí apurada de su cuarto sin avisar o despedirme de él. Ay, Heather. ¿Qué estabas haciendo?


(...)


Logré llegar a la universidad luego de pasar por mi casa para alistarme y tomar algo para el dolor de cabeza. No quería revisar mi celular porque sabía que tendría llamadas pérdidas del castaño. Caminé por los pasillos para llegar a mi clase, pero me detuve cuando miré a Kalem recostado sobre la pared al lado de la puerta del salón con sus brazos cruzados, estaba esperándome.

—Oh, no, no. Vamonos, tal vez no te ha visto —Me dije a mi misma, girándome rápido.

—Heather. —Escucharlo decir mi nombre hizo que me detuviera. Sentí como se acercó trotando hacia mí—. Espera, no te vayas.

Se puso frente a mí, su rostro se veía cansado por las pocas horas de sueño debido al mini concierto que monté en su cuarto, también lo notaba triste y preocupado. Y sabía que yo era la razón.

—¿Estás evitándome otra vez? —Puso ambas manos sobre mis mejillas, su tacto era suave—. Me preocupé cuando no te vi esta mañana después de bañarme, te busqué por toda la casa, pero te habías ido. ¿Por qué? ¿Ocurrió algo? Podría haberte llevado.

Besos de Kalem |Completa|Where stories live. Discover now