Capítulo 18

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Entramos a la casa, la cual estaba muy silenciosa y con las luces apagadas, tuve que poner la linterna de mi celular para caminar hasta el cuarto de Kalem con su ayuda, el camino me pareció largo por lo grande que era la casa, además porque quedaba en el segundo piso. Cuando llegamos encendí la luz y cerré la puerta. Lo primero que hice fue mirar a los alrededores, no había estado en su cuarto antes aunque él ya había visto el mío.

El lugar era enorme, había una mini sala con un enorme televisor, un sofá y sillones, atrás estaba la cama y también había un baño.

—Woah, esto parece una suite presencial. Es más grande que mi cocina y sala juntas —dije, luego negué con mi cabeza—. Cosa de ricos.

De repente sentí los brazos de Kalem rodear mi cintura por atrás.

—Será la primera vez que duermes en mi cuarto, Heather —susurró cerca de mi oreja como si alguien pudiera oírnos —. Pero puedes dormir conmigo las veces que quieras.

—Tentadora oferta, muy tentadora —susurré para mi misma cuando sentí los dedos de una de sus manos rozar la piel de mi cintura.

—Tú eres muy tentadora para mí. —Dejó un beso en mi oreja, luego en mi cuello.

—Muy bien —dije poniendo mis manos sobre sus brazos para separme y mirarlo de frente—. Te pones más meloso y caliente cuando tomas, Taylor.

—¿Yo? —Elevó una ceja, aunque su sonrisa lo delataba. Esbocé una sonrisa.

—Vamos a la cama, Kalem.

—Me encanta cuando dices esas cosas. —Sonrió mirandome con esos ojos de chico bueno.

Un chico bueno a quién le gusta cosas malas.

Ay, señor. Dime que no acabas de pensar eso, Heather Monserrat.

—Solo ven y ya. —Tomé su mano y lo halé hacia la cama.

Kalem se sentó en la orilla de esta y comenzó a quitarse los zapatos, su camiseta y los pantalones, me alarmé cuando miré sus intenciones de quitarse la ropa interior.

—Ey, ¿Qué haces? No haremos nada. —Lo detuve.

—¿No quieres? —Sus ojos de perrito me miraron curiosos.

—Kalem, ahogaste tus penas con mucho alcohol. Lo mejor es que duermas, en unas horas tienes que levantarte. —Puse mis manos sobre sus hombros, me distraje un momento por sus músculos, pero me enfoqué enseguida.

Kalem asintió con su cabeza.

—¿Quieres un suéter mío para dormir? —preguntó tomando una de mis manos, él seguía sentado y yo estaba de pie frente a él.

—Claro, ¿por qué no?

—Escoge el que quieras. —Me dio una sonrisa de lado y con un movimiento de cabeza señaló el closet de al lado.

Caminé hacia el lugar para abrirlo y closet parecía otro cuarto. Mis ojos se abrieron por la cantidad de ropa.

—Ay, señor. Mira esto, volveré a decirlo... Cosa de ricos —dije pasando mis manos por los suéteres, tomé uno de color celeste. Ahí mismo me quité la ropa que traía y me lo puse encima, no pasé desapercibida la mirada intensa de Kalem.

Me acerqué a él y estiré mis brazos para que lo viera, me quedaba muy grande, pero era comodo.

—Escogí este.

—Ese es mi favorito —dijo con una pequeña sonrisa—. Ahora lo es más porque tú también lo escogiste.

—¿Puedo quedármelo?

Besos de Kalem |Completa|Where stories live. Discover now