The meaning of a friend [MLB] #3

Capítulo 13.

EMMA.

Me dolían las piernas.

Al menos eso fue lo primero que pensé en cuanto abrí mis ojos.

Me removí algo incómoda sintiendo una presión en mi vientre, así como me quejé en voz baja cuando sentí que mi cabello estaba atorado en algo.

Entonces, recordé.

Me giré solo para observar el pacífico rostro de Zack durmiendo. Sus manos las tenía alrededor de mi cuerpo, su pecho se inflaba ante cada pequeña respiración que daba y su cabeza estaba sobre mi cabello despeinado.

Di un pequeño brinco hacia atrás, liberando a mi cabello y deshaciendo todo contacto que él tenía sobre mi cuerpo.

Claro que eso lo hizo despertar. Se removió al igual que yo, pero a diferencia de mí, lo primero que él hizo fue sonreír.

—Buen día —susurró, acomodándose— ¿Cómo amaneciste?

Me he acostado con Zack.

Los recuerdos vinieron a mí como flashes de cámara. Su voz, su cuerpo, su tacto; todo me hizo mirar hacia al frente, respirando profundo.

Zack se estiró y pareció buscar su celular.

—Es temprano aún —dijo— Podemos quedarnos un rato más.

Acomodé mi cabello, intentando pensar con claridad mientras repasaba en mi cabeza lo que había ocurrido. No es que pensara que había sido un sueño, pero hay una gran diferencia entre lo que es estar presente en ese momento y lo que es despertar después del momento.

—Emma —Me llamó, sentándose a mi lado. Despejó mi cabello y me dio un beso en el hombro— ¿Cómo estás?

Intenté decir algo, pero nada salía de mi boca, era como si la sorpresa no pudiera irse de mí, entonces lo miré y él lucía tan... feliz y el sentimiento de que yo no merecía verlo así de feliz por mí me atacó.

Zack cambió su expresión al verme.

—¿Qué ocurre?

—Y-Yo... —Me puse de pie, tirando de la manta para cubrirme— Debo volver a casa.

Lo miré para poder decirle que solo debía cambiarme, pero ignoré el hecho de que compartíamos manta, entonces al solo usarla yo, me di un espéctaculo al dejarlo descubierto.

—¡Perdón, perdón! —exclamé, dándole la espalda para no verlo— Lo lamento.

—Tranquila —susurró— No es como si anoche...

Se quedó callado.

Sentí detrás de mí como se ponía de pie y debido a los movimientos, así como los míos desesperados me hicieron saber que estaba poniéndose su ropa. Yo busqué entre todo mi ropa interior y mi vestido.

Me vestí lo más rápido que pude, sintiendo a mi corazón later con fuerza.

—No es tarde —dijo a mis espaldas— Podemos ir a desayunar o...

—No. Debo volver a casa —Lo interrumpí, subiendo el cierre de mi vestido— Louis y Gabriel deben estar preocupados, los dejé sin avisar anoche y...

—Ellos saben que estás conmigo, descuida.

—¡¿Qué?! —exclamé, girándome a verlo.

Ya se había vestido de la parte de abajo, ahora solo estaba abotonando su camisa.

La misma camisa que yo le quité anoche.

Oh, no podré volver a verlo a los ojos nunca más.

—Después de que... —Tragó saliva, mirando hacia otro lado— Te dormiste muy rápido y logré escribirle a mi mamá para avisarle que estabas conmigo y que si podía le dijera a Louis para no preocupar a tu familia.