Capítulo 9

4.4K 333 32
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al volver a casa aprovecho que Terry está en medio de una llamada para subir a la habitación, se me acaba de ocurrir una idea, tengo un celular en mi mochila, puedo intercambiar las tarjetas sim de los celulares para darle mi celular a Terry cuando me lo pida y aun así hablar con Alex mañana, de verdad deseo saber qué es lo que tiene que decir.

— Halley. — Terry toca mi puerta.

— Ahora voy.

Termino de hacer rápidamente el intercambio, escondo el otro celular en la mochila, mi celular lo llevo conmigo para abrir la puerta.

— Deja la puerta sin seguro, es por tu seguridad.

— Esta bien, no hay problema.

— ¿Ya revisaste tu celular?

— Si, eso estaba por hacer, solo quiero ver unas fotografías y es todo tuyo.

— ¿Qué tal si vamos a la sala para verlas? Puedes verlas en la televisión, solo déjame tomar la tarjeta sim.

— Seguro.

Terry toma mi celular, luego de quitar la tapa, saca la tarjeta sim para romperla en dos partes.

— Ahora no podrán rastrear tu celular, aun así, voy a guardarlo, no quiero que tengas tentaciones. Voy a conectar el celular a la televisión, si quieres privacidad puedo quedarme en la cocina hasta que termines de ver tus fotografías.

— No, está bien, quiero mostrarte como era mi familia. — Le ofrezco una agridulce sonrisa.

— Me encantaría conocerlos. — Sonríe con lastima.

Al bajar a la sala Terry conecta el celular a su televisión para que podamos ver las fotos, yo voy pasando fotografía por fotografía explicándole donde estábamos cuando se tomó cada fotografía y lo que hacíamos, la mayoría son de hace un año, cuando fuimos de vacaciones a las Bahamas, fue uno de los últimos viajes en familia que pudimos hacer.

— Lo que más extrañaré de mi padre es que siempre me trató mejor que nadie, yo era su pequeña princesa, aun cuando crecí. — Digo viendo una fotografía donde estamos juntos en un baile de beneficencia.

— Si, desde que te vi supe que eras una niña de papa. — Intenta añadir un poco de humor a la tensión que cree.

— No puedo negarlo, si lo era.

— También puedo decir que eres idéntica a tu madre. — Dice cuando mira la siguiente fotografía donde estoy junto a mamá.

— Físicamente si, lo soy, en cuanto carácter me parezco más a mi padre, al menos eso era lo que mi abuelo decía, Jonathan por otro lado tiene el carácter de mama.

Intento que mis propias palabras no me afecten, puesto a que hablo como si ellos aun estuviesen aquí, doy un largo suspiro al caer en cuenta de que solo en fotografías poder verlos por el resto de mi vida, ellos jamás regresaran.

Confía o muere. (1/2) En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora