Capítulo 62

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Dakota

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Dakota.

Una arcada me invade, misma que hace que mi estómago expulse todo lo que había comido hoy.

El vomito sale de mi boca sin poder controlarlo y es hasta después de unos minutos cuando finalmente puedo recomponerme en el cubículo del sanitario en donde me encuentro.

Salgo del cubículo yendo directamente hasta el lavamanos en donde enjuago mi boca para después mirar mi reflejo en el espejo frente a mí.

Las imágenes de lo que sucedió segundos atrás atasca mi mente haciendo que mi cabeza duela, todo me golpea de un solo movimiento haciendo que un nudo se forme en el centro de mi estómago de nuevo, las ganas de vomitar regresan pero el hecho de que la puerta del baño se abra me hace alejar los pensamientos.

—¿Estás bien? —Owen entra. Me mira mientras estoy inclinada en el lavamanos, mis ojos se cierran y trago con dureza.

—S... —corro al cubículo de nuevo en donde vuelvo a vomitar aún cuando había sentido que ya había quedado vacía.

—Dak —Owen se escucha del otro lado de la puerta.

Mis arcadas resuenan en el baño mientras sigo vomitando, no debería de estar perdiendo ni un solo segundo pero siento que todo me ha sobrepasado finalmente.

Los nervios me pasan factura junto al resto de emociones reprimidas.

Salgo de nuevo y voy directamente hasta el lavamanos.

—¿Qué ha dicho Roberts? —pregunto al rubio en un susurro mientras enjuago mi boca de nuevo.

—¿Estás bien? —pregunta de nuevo ignorando mi pregunta.

—Sí —respondo cerrando el grifo de la llave y tomando una toalla de papel.

—Roberts hará el intercambio —responde Owen—. Están preparando a Borka y están esperando indicaciones de los búlgaros.

Sería egoísta al negarme a esto, sería demasiado egoísta al negarme cuando Kim y Denzel corren peligro.

Mis manos tiemblan y solo cierro los ojos con fuerza cuando siento que las lágrimas llegan a mis ojos.

—¿Hay información de lo que ocurrió en la privada? —pregunto con voz temblorosa.

Recuerdo correr hasta el baño después de ver como mi casa caía hecha ruinas.

—No —responde con cautela haciendo que mi pecho se oprima.

Salgo de inmediato del baño y comienzo a caminar por los pasillos de la central. La gente aquí se mueve de un lado a otro.

—Dak —la voz de Owen resuena detrás de mí, sus pasos siguen los míos.

—No ahora, Owen —pido.

—¡Dakota! —una voz hace que mis pies se detengan de inmediato. Giro hasta donde esa voz se escucha, miro a mis padres ahí, sin poder evitarlo corro hasta ellos.

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