"Yo no soy el héroe de tu historia, soy el villano que te hará sucumbir en tus más oscuras perversidades."
Volker Diekmann es la perfecta definición de perdición, lo comprobé cuando de una noche a otra no podía dejar de aparecer en mis pensamiento...
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Steven Davis.
Moscú, Rusia. 22:00 horas.
—¿A qué hora fue el último reporte de Collins? —pregunto acercándome a Adams quien teclea en su portátil.
—A las 20:00 horas, señor —responde y maldigo lentamente, Ella tiene instrucciones específicas de reportarse a cada hora.
Camino hasta el otro extremo de la mesa y veo todas las pantallas que hay aquí, mis ojos recorren con lentitud y exactitud cada mínimo detalle de las cámaras que instalamos de contrabando en el sitio donde atacaremos en unas horas más.
Como infiltrada de la OMPC únicamente teníamos a Ella Collins, fuera de ella solo había logrado contactar con dos mujeres más del burdel, mismas mujeres que habían accedido a ayudar y dándonos la oportunidad de instalar las cámaras para monitorear todo lo que pasa adentro.
Tenemos las pruebas suficientes para atacar, tenemos también los medios para hacerlo y la orden del director de la OMPC para atacar en el momento que yo lo ordene, pero, hay un inconveniente y es que quiero esperar un poco más, el dueño del lugar estará llegando mañana por la noche y quiero que esté presente cuando vea como destruyo su lugar de mierda, me conviene, lo atrapo y encierro, agrego a un criminal más en mi lista de éxitos.
—Intenta llamar tú a Collins —ordeno a Adams quien de inmediato obedece.
No me gusta el hecho de que no veo a mi agente en las cámaras, así como no me gusta tampoco que no se haya comunicado cuando debía hacerlo.
Ella Collins siempre suele cumplir mis reglas y ordenes, sabe que si ordeno que debe reportarse entonces lo hace sin rechistar.
Paso una mano por mi cabello, es la única infiltrada en el interior.
Adams ha estado supervisando todo desde afuera.
Carter no puede participar en ninguna misión por su inesperado embarazo.
Y Kingston no está disponible en este momento ya que está siendo la guardaespaldas del idiota de Volker Diekmann. Otro de los tantos que quiero y voy a cargarme tras las rejas.
—No responde, señor —miro a Evelyn quien ha dejado de insistir al celular de Collins.
Miro de nuevo las cámaras, no hay movimiento alguno de mi agente más que de algunos hombres que han venido a visitar el burdel y de algunas otras mujeres que se encargan de satisfacer a los cabrones de mierda.
Maldigo mientras comienzo a pensar, no puedo atacar antes pero tampoco estoy dispuesto a perder a un elemento de mi escuadrón.
—Novedades —la puerta se abre y por ella entran dos de los comandantes más respetados de la OMPC, de inmediato nos ponemos de pie mientras damos los saludos correspondientes.
Miro a Ethan Kingston quien me mira también esperando una respuesta.
—La agente Collins no responde y no se ha reportado desde hace dos horas —respondo, veo a su esposo justo a su lado, ambos se miran y se acercan de igual manera a las pantallas donde se visualiza todo el burdel en su interior.
