"Yo no soy el héroe de tu historia, soy el villano que te hará sucumbir en tus más oscuras perversidades."
Volker Diekmann es la perfecta definición de perdición, lo comprobé cuando de una noche a otra no podía dejar de aparecer en mis pensamiento...
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Dakota.
Trago saliva con dureza cuando siento como el cañón del arma del búlgaro se presiona cada vez más entre mis cejas.
—Por un momento creí que se saldría con la suya, señorita Foster —sus facciones son duras a medida que habla, no emite ningún tipo de expresión en el rostro, pero, aún así lo único que logro captar en su mirada es odio completo.
No entiendo por qué está pasando esto, no entiendo por qué lo tengo frente a mí con un arma en mi frente.
Lo único que logra pasar por mi cabeza es el hecho de que haya descubierto que soy agente de la OMPC y que estuve involucrada en la misión en donde su burdel de mierda fue destruido, pero, descarto también esa idea ya que sigue llamándome "señorita Foster".
Dos disparos resuenan haciendo que mi piel se erice y que mi vista vaya de inmediato hasta los dos ancianos muertos que caen al piso, veo también como uno de los hombres que viene con Borka ha disparado a los dueños del lugar, los ha matado.
—Llévensela —Borka habla mientras baja su arma, sus ojos siguen en mí, el odio sigue en su mirada y si las miradas mataran ahora mismo ya estaría muerta y enterrada tres metros bajo tierra.
Dos hombres se acercan e intentan tomarme pero soy más rápida al momento de que alguno intente tocarme.
—No me pongan ni una sola mano encima —suelto mirando a ambos.
—Es una gata salvaje —Borka habla, giro a mirarlo de nuevo, una sonrisa oscura se pinta en sus labios.
Comienza a acercarse a mí, cada paso que da en mi dirección me hace retroceder un paso a mí, es así hasta que mi espalda choca con el mostrador detrás de mí, queda frente a frente conmigo. De un momento a otro sujeta mi cabello con fuerza y me lanza al piso, ni siquiera puedo ponerme de pie cuando un golpe en mi abdomen me hace soltar un grito, el dolor comienza a carcomer en mi interior, arde y duele haciendo que mis ojos se cierren y mi quijada se apriete.
—¿Qué? —Borka Velikov pregunta acercándose, queda de cuclillas a mi lado y vuelve a tomar mi cabello desde mi raíz con fuerza haciendo que mi rostro se levante en su dirección—, ¿Volker no te advirtió que esto pasaría?
No sé de qué demonios habla, no tengo ni puta idea de a qué se refiere.
—Yo...yo, —intento hablar pero antes de terminar lo que tengo que decir estrella mi cara contra los azulejos del piso, estos impactan en mi frente dejándome aturdida, siento como algo comienza a resbalar por mi frente y segundos después veo como gotas de sangre resbalan cayendo al piso y manchando este de rojo.
—¡Eres una maldita puta! —vuelve a estrellar mi rostro con los azulejos del piso, el impacto se siente como una bala, mi cabeza comienza a dar vueltas y a pesar de que intento soltarme y defenderme no puedo hacerlo, los dos golpes me han dejado en blanco.
