𝟐 | 𝐆𝐎𝐍𝐄, 𝐆𝐎𝐍𝐄, 𝐆𝐎𝐍𝐄 [ 𝒕𝒉𝒆𝒐 𝒓𝒂𝒆𝒌𝒆𝒏 ] ✔

[11] ✰ the last chimera

CAPÍTULO ONCE┆LA ÚLTIMA QUIMERA

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SCOTT ESTABA EN SU CASA. Stiles en el hospital, esperando por su padre. Y Hope seguía en su forma de loba, con Theo al lado de la misma forma, durmiendo.

Solo que ahora era Hope la que mantenía su cabeza sobre la de él. De pronto, pudo escuchar unos llamados a lo lejos, y supo quién era.

—¡Lydia! —gritaba Parrish por el bosque.

Hope se levantó cuidadosamente del suelo, esperando a que Theo no despertara, y caminó hacia donde estaba el hombre.

Parrish golpeaba la linterna que tenía cuando esta empezó a fallar. La guardó en su mochila y sacó un bengala de esta.

Pero al encenderla, se sobresaltó al ver a la loba, mirándolo con confusión a un par de pasos de él.

—¿Bromeas, Hope? —maldijo Parrish en voz baja, y se acercó a ella—. Oye, ¿me ayudas a buscar a Lydia? —Hope solo hizo un sonido de afirmación—. Bien. Ah, y... si no tienes ropa cerca, no te transformes, por favor.

Hope solo pudo asentir. Empezó a caminar, con Parrish detrás de ella, intentando encontrar el olor de Lydia.

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Scott estaba inconsciente en el suelo de su casa, y empezó a despertar por unas lamidas en su cara. Se levantó del suelo haciendo un par de muecas de asco.

Hope aún no había podido volver a su forma humana pues aún no iban a su casa para cambiarse. La loba se sentó en el suelo cuando logró su cometido.

—¿Estás bien? —preguntó Parrish hacia el chico.

—Sí. Sí, estoy bien —respondió Scott secando su mejilla por las lamidas que Hope le dio para despertarlo.

Hope señaló la sangre que tenía con su cabeza.

—No es tan malo —dijo Scott hacia su amiga—. ¿Por qué están aquí?

—Necesitamos tu ayuda —respondió Parrish.

—¿Con qué?

—Con ella.

Lydia estaba en el marco de la puerta, con la cabeza de lado y sin moverse desde que la encontraron.

Parrish se tuvo que dar media vuelta al notar como Hope volvía a su forma humana, cansada de esperar.

Scott, en cambio, no le dio importancia. De todas formas, aparte de haberla visto cambiarse varias veces, tenían la suficiente confianza para estar así sin hacer nada.