Sal de ahi que te atrapan

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Si, tenía un problema, uno de esos que no podría entenderte alguien que no lo ha pasado. Era algo insignificante para el resto, pero de demasiado valor para mí y mi hermano no lo comprendería.

-Que tú andes metido en problemas, no quiere decir que yo también - respondí tratando de aminorar el impacto de lo real que era su deducción.

Confiado como lo puede estar un adolescente de 16 años, solto la puerta, caminó a mi cama y sin mucha delicadeza se sentó.

-Pero somos hermanos y algo sé - declaró con una mirada profunda sobre mí, como si en verdad algo supiera - ¿No me piensas contar?

-No hay que contar - negue sentándome a los pies de mi cama cruzando los brazos.

Era un duelo de miradas, el queriendo sacarme información y yo queriendo mantenerla en mi. Decirle que quería salir y otras tantas cosas, no era buena idea. El era capaz de darme ese empujón que necesitaba para que la vida me diera igual, era mi hermano y sabía exactamente que me quería lo suficiente para cubrirme en lo que se me diera la gana. Pero lo que necesitaba era regresar mis pies a la tierra antes de que se acostumbraran a estar en el aire.

-Si no me cuentas, le diré a mamá que te besaste a un chico en una fiesta - amenazó

-No me vas a... espera, repite eso - ordené

¿Eso era lo que él imaginaba que me fastidiaba en la mente? ¿Tan poco profunda me creía? De seguro era mejor darle por su lado, al menos iba a una dirección menos importante que los problemas de identidad que parecía tener.

-Te lo dije, mamá lo sabrá - amenazó

-¿Tú como sabes eso? - pregunté fingiendo más sorpresa de la necesaria

-Ah con que ¿eso era? - pareció complacido - ¿te preocupa haberte dado unos besos con un chico y que te haya gustado? - insinuó con un rostro algo pervertido - Ni vayas a gritarme - exigió y yo suspiré.

-Fue un desconocido y ya, no hay sustancia - aminoré el hecho con la mano evitando su mirada.

Y era verdad, los sentimientos en ese beso, diré pico, no brotaron en ningún momento. Traté de pensarlo más a fondo pero nada, había sido solo contacto humano que esperaba no me llevara a tener una enfermedad mortal.

-Si mamá supiera que besaste un desconocido daría el grito en el cielo - acota

-Tu seguro que lo habrás hecho mil veces ¿Por qué sería diferente conmigo? - reclamé viéndolo capaz de contarle a mamá.

-Es que tu eres tú, no creo que mis papás les guste saber eso... de ti - añadió mientras pensaba.

Era obvio que mi hermano, se daba cuenta que el esfuerzo de mis padres con ellos era menor. El interés y la esperanza que debía estar enfocada en cada uno de sus hijos iba sólo a mí. Tres hermanos, una se había sacrificado por los menores y ahora ellos gozaban sin presiones de cada etapa. Ese era el problema, me agradecían por ser la que había dado su vida por ellos y me aborrecían por ser la única que preocupaba a nuestros padres, típico amor odio de hermanos.

Inevitablemente me sentí culpable de que no hubieran contado con mis padres en muchas cosas y por impulso las palabras salieron de mi boca. - esto de dar y recibir parece una maldición, rayos.

- La verdad es que les mentí, la pijamada fue una ida a un bar y de la fiesta, me había olvidado hablarles - solté ante mi inmaduro hermano y algo se relajó en mí.

-Eso es preocupante - comentó en tono de mamá regañona.

- Si lo se, no debí mentirles..

- No, eso no. - me detiene y quedó confundida.

¿Qué se hace a los 21? [En Proceso]Where stories live. Discover now