34

10.3K 564 348
                                    

-¿Otra vez?

-Pues sí, la última vez me quedaron bastantes dudas.

Me acurruqué a su lado mientras él me apretujaba con su brazo derecho.

-Si, también tengo muchas dudas sobre ti -admití.

-Veinte preguntas serán, preciosa. ¿Quieres comenzar tu? -respiró sobre mi cabeza.

-Uhm... -apreté los ojos y le rodeé el abdomen con mi brazo derecho, presionando mi mejilla en su pecho -. No, empieza tu.

Sus dedos comenzaron a acariciarme el cabello con delicadeza.

-¿Me extrañaste cuando dejamos de hablarnos?

Su pecho subía y bajaba al igual que mi cabeza. Carraspeé mi garganta un poco.

-Apenas fue un día, Ross -me burlé.

-No, fue un día y siete horas con ocho minutos, cinco segundos y nueve microsegundos.

Me eché a reír, dejando caer mi cabeza sobre su brazo y tallándome ambos ojos.

-Pues no sé, no pensé en ti.

Arrugó la nariz, mirándome a los ojos.

-Fui un completo imbécil.

-Lo fuiste. Pero ya pasó, ahora es mi turno -me rasqué la ceja -. ¿Cuantas novias tuviste?

Frunció los labios y apartó la mirada.

-Ninguna.

-Mentiroso -volteó a verme con una ceja alzada -. Eres increíblemente persistente y me dices...¿que no has tenido novia hasta ahora?

Sonrió de lado.

-Si, he tenido muchas, preciosa. Pero es una tonta etiqueta, depende también de como tu lo veas, para mi solo eran relaciones sin sentido, algo de inmadures y ya.

-¿O sea que no eres virgen?

Alzó ambas cejas.

-¿Así que eso te interesa saber? Uhm, ¿es una señal, engañitos? -alzó las cejas rápidamente, haciéndome reír, me acompañó en la risa -. Lamentablemente era mi turno, así que puedes guardar tu pregunta para cuando no estemos recostados en el pasto y sienta ganas de abalanzarme sobre ti en público.

Abrí la boca y se me escapó una risita nerviosa. Sentía mis mejillas hervir.

-De acuerdo, bien. Habla -solté, jugueteando con su mano.

-Si pudieras viajar a cualquier parte del mundo, ¿a dónde sería?

Lo miré incrédula.

-¿En serio? ¿Esa es tu pregunta?

-No hay reglas estrictas, amor.

-Laura -le corregí, causando que pusiera los ojos en blanco -. Pues me gustaría vivir en...Francia.

-¿Francia? -repitió con una mueca.

-Si, ¿has visto la cantidad de franceses hermosos que hay allí?

Me puso mala cara y me reí.

-¿Para qué quieres a esos trabalenguas si tienes a alguien que está loco por ti aquí mismo?

-Porque me gusta lo difícil, no los que me lamen las suelas.

-¿Disculpa?

-Estoy bromeando, Ross -me reí.

-Claro, aja -resopló y miró hacia otro lado.

-Oye, estaba bromeando, en serio -fruncí el ceño sin recibir respuesta de él -. Muy bien, me toca apesar de que ya hayas preguntado como tres veces.

Detention »Raura«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora