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––Puedes venir si quieres.

––Laura... ––alargó.

Me reí.

––Vanessa ––la imité ––. La pasarás bien, te despejarás y soluciones rápidas.

Suspiró.

––En serio, agradezco tu invitación pero prefiero descansar.

––Claro. Como digas, pero aun tenemos una venganza pendiente, ¿sabes?

Se rió y asintió, saliendo de mi habitación. Suspiré y me senté en la cama, mientras veía ingresar a Grace por la puerta del baño.

Jugueteé con las prendas que pensaba colocarme hasta que Grace me las arrebató, las hizo una bola de tela y las lanzó al suelo.

––Si, quémala también. A mi la ropa no me cuesta ––ironicé.

––Eso, amor, no es ropa.

Se acercó a un lado de mi cama dando pasos chiquitos pero rápidos, y levantó dos vestidos.

––Dime cual ––sonrió con todos los dientes.

Me reí amargadamente.

––Ninguno, gracias.

Exhaló sorprendida y se secó las lágrimas falsas mientras me dejaba sobre el regazo un vestido negro azabache.

Fruncí el ceño.

––No voy a...

––¡Póntelo ahora! ––exclamó, haciéndome dar un saltito.

––Ya voy, ya voy ––me quejé.

Bajé mis pantalones y me quité la remera, dejando todo en el suelo mientras ingresaba en el vestido de tiras finas. Lo estiré en mi vientre y salí completamente de mis pantalones, pateándolos a un lado con los dedos de mi pie.

Me miré al espejo mientras me ponía de costado, y de frente. Parándome en puntillas y suspirando.

––Lo odio.

––Te ves sexy ––chilló, acercándose a mi.

––Uhm...

––Anímate, Laura. Has estado con la cara larga todo el día, la pasaremos bien esta noche, te lo aseguro.

––Claro, como digas.

––Ahora, es mi momento ––sonrió ––. Te verás preciosa para cualquier chico allí, te traje unos tacones y maquillaje, ven al baño cuando acabes.

Bufé.

No entendía bien por qué le hacía caso. Pero si eso la hacía feliz...

––Claro, Fresita ––me burlé.

...

––Hola preciosuras, ¿tienen cita esta noche?

Garret estaba apoyado en una camioneta gris, de brazos cruzados y con ambas cejas alzadas.

Traía un saco negro sobre una camiseta blanca y unos jeans rotos.

––Sí, no contigo, cara de gusano ––me burlé.

––No hablaba de ti, trapeador ––abrió la puerta trasera ––. Anda sube, me cuesta creer que eres mi mejor amiga.

Dramatizó con la mano en su pecho y le di un codazo juguetón en las costillas.

De un salto estaba dentro. Garret cerró la puerta y abrió la de copiloto, ayudando a Grace a acomodarse en el asiento de cuero reluciente.

Aproveché para limpiarme el brillo labial que Grace me había colocado mientras ella no observaba. Tomé un pañuelo descartable de mi pequeño bolso y me limpié la mano.

Detention »Raura«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora