Extra 2

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Pedri

Cinco días. 

Llevaba cinco días sin hablar con ella. 

Todo esto era muy extraño. Había pasado de poder verla todos los días a ni hablar con ella. Desde que se cogió el vuelo para volver unos días a casa con su padre no había hablado con ella. Sabía que ahora mismo estaría confusa y no sabría que hacer, pero la echaba de menos. Quería que volviera para reírme con ella, abrazarla y disfrutar el uno del otro. 

-No creo que tarde mucho en volver hermano

Giré mi cabeza y vi a Morata en la puerta de mi habitación. No se si alguna vez había echado tanto de menos a una persona como ahora. Ni siquiera sabía que podía experimentar algo así, pero con Ana todo es distinto. 

-Eso espero

-Se que la echas de menos Pedri, pero puedes pensar tu también como vas a actuar con ella a partir de ahora

Sonreí mientras negaba.

-Eso ya lo tenía claro incluso antes de que ella se fuera

-¿Y qué vas a hacer?

-Tratarla igual que siempre

Él asintió, de acuerdo conmigo. Le dije que iba a hablar con Ferrán un rato y me dirigí a su habitación. Ferrán tampoco había sabido nada de ella. Entre sin llamar, pero Ferrán estaba hablando con alguien por teléfono. 

-No debes dejarte influenciar por la opinión de la gente

Él espero unos segundos a que la persona del otro lado le contestara. 

-¿Quieres hablar con él?

No quería escuchar la conversación pero hablar con Ferrán para saber si tenía noticias de Ana era importante para mi. 

-¿Con quién hablas Ferrán?

Se giró hacia mi en un segundo y se me quedó mirando fijamente. Se instaló un silencio bastante denso en la habitación.

-Pedri, es privado

Con esas tres palabras ya sabía con quién estaba hablando. Por una parte me dolía que lo hubiera llamado a él para hablar en vez de a mi, por la otra parte, lo entendía. 

-¿Es ella?

Ferrán sonrío tristemente, después frunció el ceño. Miró la pantalla de su móvil unos segundos y después suspiró. Había colgado.

-No quiere hablar conmigo, ¿verdad?- dije sentándome en la cama

-No es eso Pedri, ella... está agobiada 

Asentí algo desganado. 

-Yo solo... quiero hablar con ella, saber como está

Ferrán me miró apenado. Se sentó a mi lado y me pasó un brazo por los hombros.

-Tío, todo se va a solucionar, ella volverá y hablaréis como siempre

No dije nada. Ferrán ya lo sabía todo. Sabía que Ana para mi no era una simple chica. Sabía que ella no era la fisioterapeuta. Sabía que yo sentía más cosas que una simple amistad por ella.

Era una tontería negar lo mucho que me gustaba esa chica.

*

-¿Pedro estás comiendo bien?

-Sí, mamá

-¿Hace mucho frío?

-No mamá, está todo genial

-¿Y Ana? ¿Está bien?

No tengo ni idea 

-Sí mamá, está como siempre

Terminé de hablar con mi madre y miré las vistas desde el balcón. 

Una semana. 

Había pasado una semana desde la última vez que la había visto y tenia unas ganas terribles de volver a verla. Ninguno había hablado con ella estos últimos días, pero también tenían muchas ganas de verla. 

Un ruido detrás de mi hizo que soltara la barandilla y me pusiera recto. 

Me giré y la vi allí. 

A la chica que ponía mi mundo al revés.

Ambos nos quedamos embobados mirándonos. Solo pude pensar que quería abrazarla, quería hablar con ella, reír, sonreír...  

-Ana...

-Hola Pedri- dijo sonriendo. Joder.

Mi voz salió algo débil.

-Estás... estás aquí, ¿cómo estás?

Ella no sabía muy bien que decirme. Y yo no podía dejar de mirarla. Parecía irreal.

-Estoy bien, yo... siento que hayas estado solo estos días... pero es-

Me resultaba tan adorable que se estuviera disculpando conmigo que no pude contenerme más y en dos zancadas ya la tenía entre mis brazos. Sentí como ella exhalaba profundamente y me devolvió el abrazo con más ganas. Lo necesitaba.

-Te he echado de menos- me dijo en un susurro

Una gran sonrisa se extendió por mis labios. 

-Yo también, enana

Sentí como se separaba un poco de mi de manera que podía verle la cara. Estaba guapísima, igual que siempre. Sus ojos marrones me miraban fijamente y en sus labios había plasmada una gran sonrisa. Igual que la mía. Con una mano le aparte el pelo de la cara y empecé a acariciar su mejilla. Otra sonrisa más grande que la anterior reinó en mis labios. 

-Eres preciosa, tío

Me salió solo. Pero era la puta verdad. Quién dijera que Ana no era atractiva no tenía ojos. Era una de las chicas más guapas que había visto en toda mi vida. Y ya ni hablar de su personalidad. Un ligero rubor cubrió sus mejillas, cosa que me hizo reír un poco.

Bajé la vista hacia sus labios un segundo, cuando la volví a subir, la vi hacer lo mismo. Quería besarla, y si ella no me apartaba lo iba a hacer aquí mismo. Seguimos así un minuto más, hasta que nos empezamos a acercar cada vez más.

Necesitaba besarla. 

Alguno de los dos dió el paso, y lo siguiente que supe fue que mis labios estaban sobre los de ella. Y que fue la mejor sensación que yo había experimentado en mi vida. Amé cada segundo que duró ese beso, y amé cada segundo de los otros tantos besos que nos volvíamos a dar.

Todo por ti - Fanfic de Pedri GonzalezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora