1 Mi nuevo asistente

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—Neben—dijo Davo al borde del infarto—. La próxima vez que te encargue la elección de mi asistente recuérdame antes pegarme un tiro.

La carcajada de su socio principal y, por desgracia, hermano, resonó en la amplia oficina de aspecto minimalista.

Davo había sido, hasta hacía 3 meses atrás, fiel creyente del Feng Shui. Ahora, lo único que esperaba era demoler su oficina, y con ella a todos los malditos empleados que se le habían reído a sus espaldas y ocultado la infidelidad de su esposo con su anterior guapo y musculoso asistente personal. La vida era una maldita perra y Davo lo estaba aprendiendo de la peor forma posible.

—Vamos, hombre, tampoco es tan malo.

—¡Es un mocoso! — gritó—. Tiene 20 años, ni siquiera tiene experiencia laboral.

—Ya, cálmate. Vamos, hazlo conmigo. Inhala y exhala...

Neben se acercó a su hermano quien se agarraba la cabeza mientras estaba en su silla. Neben se puso detrás de él para darle un masaje en los hombros.

—Hay mucha tensión acumulada aquí.

—Un chiste más y te juro que te lanzo por la ventana.

—No vas a poder, no se abren.

—Ya verás que ese no será inconveniente—. Neben puso los ojos en blanco y continuó masajeando su cuello.

—Tranquilo, le he dado la oportunidad porque jamás en mi vida encontré a alguien tan emocionado por trabajar contigo—. Davo frunció el ceño, intentando comprender el concepto de su tonto hermano. Entender la locura en la que estaba a punto de meterlo.

—Es que no me lo creo—replicó—. Te di a ti y a los de recursos humanos las características que debía reunir.

—Sí—esbozó encogiéndose de hombros—. Y Matthias cumple cada una de ellas.

—¿En serio? —ironizó Davo—. Veamos. Competente, con experiencia en puestos similares, graduado o con amplios conocimientos en diseño y arquitectura.

—Bueno, ya. Esos son detalles—levantó las manos, alejándose de su hermano—. Cumple el más importante, no se parece en nada al hijo de puta que te puso los cuernos, así que, ¡todos felices!

Davo puso los labios en línea recta ante la felicidad en los ojos de su hermano.

—¿Sabes? He llegado a la conclusión de que eres mi peor enemigo.

—¡Carajo! ¡Eres un exagerado! El chico es inteligente, tiene 20 años por lo cual resistirá la tortura y las horas extras. Y la mejor parte, te idolatra. Hablaba de tal modo de ti como si fuera capaz de tirarse al piso y chupártela en vez de decir buenos días. Y además es muy guapo.

Neben le dio un guiño de ojos a su hermano quien lo observaba atónito. Davo bufaba, literalmente. Parecía un maldito toro al cual le mostraban la bandera roja, en parte ya lo era, al menos cuernos no le faltaban. Neben frunció los labios, buscando contener la risa ante la broma mental.

—Mira, imbécil—replicó Davo—. Para tu información no me gusta tirarme a hombres de la mitad de mi edad y mucho menos cuando son mis empleados.

—Pues te pierdes de mucho—dijo Neben desilusionado— ¿Ni siquiera por venganza?

—¿Por venganza a quién? —indagó con dolor—. Joel no está, se fue ¿Qué sentido tendría?

—¿Y qué? —. Neben estaba molesto con la falta de ánimo de su hermano mayor—. Muéstrale que tú también puedes tener hombres jóvenes.

—Neben— agregó cansado—. Joel me engañó con Omar. Me dolió, lo sigue haciendo, pero de ningún modo haría algo tan bajo como usar a la gente por venganza.

¿Un nuevo amor? ¡Ni loco! Libro 1 T. L.A (+18)Where stories live. Discover now