Se lanzó al peligro sin pensar que podría morir en la guerra... y solo para salvar a aquellos que se convirtieron en sus padres.
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El hombre, ya en ese momento un adulto, se enteró justo de todo lo que había hecho los últimos 10 años de su vida.
Anduvo perdido todo ese tiempo de su vida, vagando por allí, buscando una salvación, y cuando al fin la logro encontrar después de tanto haberla anhelado, se arrepintió de haberlo hecho. Aunque le allá costado tanto el luchar por ella ahora ya no tenía nada de valor.
O al menos no tanto como antes.
Nunca desde aquel accidente de años atrás creyó que volvería otra vez a sentir aquella preocupación y temor de perder a alguien... Nunca, asta que vio a Mateo desaparecer frente a sus ojos hace tres días.
Ese día Lina discutió a gritos con él, y Ela simplemente le dijo un corto "gracias" no sabe el significado con el cual le dijo esas palabras, pero tampoco se fijara tanto en eso, ya no tenía sentido hacerlo. Ya todos aquellos que sabían del destino de Mateo lo odian aunque no lo expresaran.
Raptor fue, es y será consiente de todos sus errores, más cuando en esos errores tenían que ver su amante e hijo, una de las personas que llagaron muy, pero muy al fondo de su corazón, las únicas personas que aunque él las tratara muy mal siempre estuvieron allí y sin dejar de quererlo.
No se creía la mejor persona del mundo, y menos lo llegaría a ser después de haber hecho todo lo que hizo en su vida. No despues de haber llenado sus manos de sangre y provocar lágrimas en muchas personas.
Seguramente si su amante estuviera junto a él en ese momento no estaría tan orgulloso de él, le diría todo lo que sus oídos merecen escuchar. A Sparta no le importaría si terminaran discutiendo otra vez, a él siempre le gustaba hacer a las personas pagar por sus pecados.
Cuanto extrañaba a ese chico gritón rompe tímpanos, que le gustaban las tormentas de lluvia y los cuentos junto a la chimenea, visitar los acilos de ancianos para recordar a su abuela fallecida, o practicar con las lanzas junto a su hermano en los campos de entrenamiento. Pero claramente le gustaba mucho más la comida y esos esponjosos biscochos de chocolate que sabía hornear.
En verdad se lamentaba por no ser el que más lucho para salvarlo.
- El que se merece todo el crédito eres tu Mateo - dijo Raptor a la completa nada con la mirada perdida.
Sin esperar que alguien lo escuchara, porque al final de cuentas él estaba solo, sentado en las raíces de un árbol, justo en las raíces de aquel último árbol que Mateo llego a derribar cerca de un campo en sus entrenamientos...
Ya ni siquiera tenía a Mateo a su lado haciéndole compañía en silencio, escuchando todo lo que decía con mucha concentración como si fuera muy importante... Se había quedado completamente solo, no importaba si él era el gobernante del reino, podría tener a todas las personas del reino junto a él, pero aun así todo era: Nada
