Se lanzó al peligro sin pensar que podría morir en la guerra... y solo para salvar a aquellos que se convirtieron en sus padres.
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Después de asegurarte que todo estaba en su lugar te acercaste dónde Sparta para desordenar sus cabellos y quedándote viéndolo con pena.
- Ya sé el porqué estás aquí, y como se me explico tú eres la mejor persona para encargarse de todo lo que pasará - sonreíste dirigiendo tu mirada a mí y dejando olvidado a un Sparta confundido - tienes mucho que hacer, así que te recomiendo comenzar ahorita... Yo te ayudaré en todo lo que me pidas-
- En-entendido -
Minutos después ya estábamos planeando la guerra para terminar con aquellas tierras enemigas, todos mis conocimientos ayudaron mucho, cada palabra que salía de mi boca trataba que fuera útil, por momentos tú abrías los ojos con impresión y eso me hacía sentir orgulloso de mis capacidades.
Conocí a mucha gente, casi todos eran bromistas, pero algunas de ellas me enojaban por las bromas pesadas que me hacían, con esas personas en ningún momento deje se burlaran tan fácil de mí con una de sus trampas... en esos momentos recordaba lo que me enseñaste, me decías que había momentos para todo y eso se tenía que respetar...
Sí, podría ser que tenía tu permiso para divertirme como cualquier otra persona, pero no podía, para mí ese era un momento serio, porque el saber que todo momento era valioso me hacía querer hacer todo yo solo y sin interrupciones de otras personas que me atrasen... perdón, yo nunca pude bromear con alguien más alguna vez, tampoco dejaba una orden de lado por algo, siempre me costaba entender el comportamiento diferente de los demás, y más el no saber cómo responder. Nadie en la vida me había enseñado que decir para hacer a alguien reír o al menos se sintiera alegre...
Todos tus amigos eran distintos a cada uno, todos tenían una esencia que los diferencian... y tú siempre eras feliz en todo momento junto a ellos.
Todos parecían ser una fuente importante para tú poder sonreír.
Nadie fue conocedor de mi nombre, pero tenían muchas maneras para dirigirse a mí y llamar mi atención, ya sea con un "Chico" o palmadas en la espalda.
Algunos creo que me tuvieron miedo porque no me hablaban ni miraban a los ojos, y había pocas personas que no se acercaban más de tres metros a mí... o talvez simplemente no lo hacían porque me guardaban respeto como yo a ti, Cuando corrían de mi desidia no ponerle mucha atención.
Para nadie sería divertido hablar con una persona que no sonríe con nada.
O que también no era alentador estar con una persona que allá matado a guerreros siendo apenas un niño.
Aprendí mucho de cada persona que se tomaba la molestia de acompañarme en algo y más de aquellas que eran eficientes. Yo por ser cortés nunca le negué a nadie en vos alta que me hicieran compañía y menos a ti papá.
