A sus 19 años, Jungkook debería estar apoyando a su banda favorita, yendo a centros comerciales a mirar la ropa de temporada que ha llegado, o estar juntando dinero para su graduación de preparatoria. Pero no, a sus cortos -o largos- 19 inviernos, J...
Jungkook siempre hablaba con su hijo cuando estaban solos, él creía que era bueno, para que así pudiera identificar su voz y reconocerla fácilmente.
—¿Qué crees que debería de ver? —Se sienta en el sillón, con cuidado de no lastimarse a él ni a su pequeño bebé— ¿Una película o un documental? —WooJin estornuda— Película será.
Comienza a pasar los canales, buscando algo bueno. Cuando al fin encuentra una que llama su atención, la puerta es tocada con insistencia. Debía ser Seokjin, últimamente olvidaba las llaves y su celular en casa. Acomoda a WooJin, poniendo su rostro en su cuello.
De puntas, checa por la mirilla de la puerta y frunce su ceño.
—¿Si? —Abre la puerta.
Fuera está una mujer de aire autoritario y de piel clara, viste un traje femenino y tiene gafas sobre su nariz.
—Buenas tardes, ¿es aquí el domicilio del señor Kim Seokjin?
—Dígame que no golpeó a nadie ésta vez —ruega, cerrando los ojos.
El mes pasado, en una visita al super, un alfa se le quedó mirando a Jungkook más tiempo de lo debido, haciendo molestar a Seokjin, tanto que le soltó un puñetazo en la mandíbula. El alfa había ido a la comisaría por un día entero.
—Gracias a Dios no —la mujer aclara su garganta— ¿Se encuentra él en casa?"
—Salió a comprar unas cosas, pero si gusta puede pasar, por favor.
Jungkook se hace a un lado, apretando a su bebé, protectoramente.
Ella agradece, sentándose en los sillones. Parecía amable, incluso elogió a su bebé, diciendo que era muy bonito.
—Se nota que su bebé es la mezcla de los dos —expresa ella, desde su lugar.
—Si, eso parece... ¿Se le ofrece algo de tomar?
—Agua estaría bien.
—Espere un momento.
El omega nota a su bebé dormido, así que primero lo lleva a su cuna y después va a la cocina por el vaso de agua. Volviendo, la puerta se abre y Seokjin entra, con bolsas en sus manos, alzando lo más que puede los brazos.
—¡Juro que no golpeé a nadie ésta vez!
Jungkook rueda los ojos, dándole el vaso a la mujer. Ella bebe un sorbo y se ríe.
—Tranquilo, chico. No estás en problemas.
El alfa expulsa aire contenido. Se disculpa, diciendo que volverá pronto.
—Ahora si, ¿qué pasa? —Toma asiento, a un lado a su omega y frente a la señora.
—Okay —de un pequeño bolso, saca una foto de tamaño considerable— ¿Conoce a ésta chica?
Jungkook frunce el ceño, viendo la foto. Ya la había visto en algún lado, nunca olvidaría esa melena rojiza, pero... ¿de dónde?
—Oh —el omega habla—. Yo una vez la ví en el super mercado.
—¿Qué? —Seokjin voltea a verlo.
—Fue hace mucho tiempo.
—Debió serlo —la mujer guarda la foto— Hwa MinSi, originaria de Busan. Diecinueve años de edad, omega —ella dice.
El rostro de Jungkook se plasma confusión, ¿le había mentido sobre su nombre?
—Hace una semana la encontraron muerta en su departamento en Seúl —termina de declarar.
—Y... ¿yo qué tengo que ver? —El alfa comienza a desesperarse.
Jungkook aprieta su mano, buscando calmarlo.
—Ella firmó, en una carta de suicidio, que dejaba la custodia total de la pequeña NaEun en manos de usted.
—¿Quién es ella?
—Hwa NaEun. Hija única de Hwa MinSi —del mismo bolso, saca una hoja papel, parece ser arrancando de un cuadernillo de notas—. Ahí mismo dice que usted es el padre y la única manera de salvar a la niña era así. Ambas se ve, escaparon por un tiempo de su hogar mintiendo sobre sus identidades. Vivían con un alfa que las maltrataba —continuó.
—Ella no es mía —Seokjin le devuelve la carta, enojado y con los ojos húmedos—. Ella tuvo un aborto.
—Al parecer no, joven Kim.
—MinSi tiene padres, que se la den a ellos —suelta con rudeza.
—Jin, calma —Jungkook posa una mano en su pecho, sintiendo como su corazón latía acelerado.
—Eso es posible, sí. Después de hacer pruebas de paternidad, a las cual usted está obligado.
—No pueden hacer eso. Es mi cuerpo.
—Mire, señor, joven, lo que sea. Veo que usted y su omega tiene un bebé, ¿vale? —Seokjin asiente—. Imagino que los quiere, más que a nada en el mundo —el alfa asiente nuevamente—. Imagine, que la pequeña NaEun no es ella, sino el bebé. Usted no sabe cuanto ha sufrido ella, total, si las pruebas salen negativas, usted no habrá perdido ni ganado nada.
Seokjin voltea a ver a Jungkook, quien le sonríe y asiente confortandolo.
—Está bien.
—Perfecto —la oficial sonríe, ahora, sacando otros papeles para que el alfa firmara.
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