Nuestra familia feliz

Recolecta información, cobra favores, pero no todos.

A Charles no le gusta New York, es demasiado ruidosa, contaminada y con un grave problema de sobrepoblación, no es un lugar adecuado para criar niños, hablaría seriamente con Erick sobre el tema, podrían volver juntos a Inglaterra y vivir en su casa de campo, donde sus hijos podrían corretear sin peligro a que un taxista descuidado los atropelle, podrán tener todas las mascotas que gusten aunque Charles imagina un par de labradores y quizá un gato siamés o una pareja de ellos, serían la compañía perfecta para sus hijos ; Wanda y Pietro, un niño y una niña.

A Charles no le importa la casta que tendrán sus hijos los amará de cualquier manera sin embargo si Erick desea que sean alfas él se esforzará plenamente para que así sea. No sé ha decidido todavía si quiere que Pietro nazca primero, la idea de que su niño sea ese hermano mayor que proteja a Wanda se le hace adorable, sin embargo, si primero tienen a su princesa sabe que Erick será ese padre celoso que pondrá el mundo a los pies de su niña si así se lo pide, pero claro que también podrían ser mellizos, esa sería una magnífica experiencia, caótica y sin muchas horas de sueño por delante, pero divertida y entrañable.

Pero no se adelantará mucho.

Lo primero es lograr entrar nuevamente a su vida, tendría que cobrar un par de favores para lograrlo, pero lo valía.

La afamada torre Stark es mucho más hermética de lo que Charles imaginó, llena de cámaras, micrófonos, alarmas y circuitos, un sistema de seguridad de primera sin contar los enormes gorilas que custodian las puertas, nadie puede entrar sin ser detectado o al menos así debía ser.

Pero por alguna razón que tal vez solo ellos entienden a Tony Stark no le sorprendió que Charles esquivará todo eso y que logrará llegar a su piso privado sin llamar la atención ni ser visto por nadie.

—Debes tener más cuidado Charles, casi te meto una bala en la cabeza.

Advirtió Tony con una amigable sonrisa mientras apunta con un arma directamente a la frente de Charles.

—Esa no es manera de recibir a un viejo amigo

—Si me hubieras avisado te hubiera organizado una fiesta de bienvenida

—Como si necesitarás excusas para hacer fiestas

Charles se mantiene quieto en su lugar bajo el dintel de la puerta, aunque Tony fuera su amigo y compartieran un fuerte lazo está consciente del peligro que representa invadir el territorio de otro Omega, en especial si se prepara para armar un nido; como era claro por el empalagoso aroma en el aire.

Tony estaba cercano a su celo, bien, eso lo haría más cooperativo, no tendría que usar las artimañas que tenía pensado.

—Adelante, tomemos un trago, hay que mucho de qué hablar

Con el permiso del Omega, Charles puede entrar sin preocuparse de un ataque de este o de su alfa.

—Tony, necesito que me devuelvas un favor

Es directo, es mejor de esta manera, Tony bufa fastidiado y sirve dos vasos del bar en la otra esquina del salón, Charles lo ha seguido, pero manteniendo una distancia prudente, el aroma de Alfa sobre Tony era fuerte y de alguna manera intimidante.

No lo dirá en voz alta, claro que no, un Omega marcado cerca de su época de calor podría ofenderse ante el mínimo desdén de alguien a su Alfa, en especial alguien tan territorial como Tony Stark.

—Claro que vienes a cobrar, sería tonto de mi parte pensar que podría ser por nuestra amistad o tal vez a ofrecer una disculpa.

—Han pasado cinco años, no puedes seguir enojado conmigo.