Sin buscarlo

Capítulo Dieciséis

Finalmente el esperado día habia llegado, Fenrir estaba en el quirofano  en manos de Strange quien estaba realizando el tan anhelado procedimiento.

Fueron horas de angustia para toda la familia, todos estaban acompañando a Loki en ese día tan crucial para él como para si hijo, sentirse rodeado de tanta gente que amaba a su hijo lo lleno de nostalgia, hacia años, unos meses antes de que Fenrir llegara a su lado vivió una situación parecida, donde Tony y Steve habían sido su único apoyo, pero ahora aparte de ellos dos también estaba su hijo Peter, Thor que no se cansaba de demostrarle el amor que cada día que pasaba se hacía más y más sólido, la pequeña Lena que con sus ocurrencias los hacía pasar momentos algo bochornosos como también alegres y ni que decir de Odin y Friga, más que unos abuelos para su hijo y los padres de su pareja se habían comportado como unos verdaderos padres, acompañándolo en todo el proceso y haciéndolo sentir constantemente como parte importante de la familia.

Finalmente Strange hizo su aparición en la sala de espera, el proceso había sido todo un éxito, pero ahora tendrían que llevar cuidados extremos por lo delicado del procedimiento, primeramente solo los padres podrían estar en la habitación con Fenrir y solo serían unos minutos, pasarían semanas para que las demás personas pudieran estar con él en la misma habitación.

Solo por grandes ventanales podía la demás familia observar como se iba llevando a cabo su evolución, los días pasaban lentamente pero con el paso de cada uno de ellos una nueva batalla se iba ganando, al parecer el trasplante había sido la opción más adecuada para Fenrir.

Tres semanas habían pasado, había habido días complicados en los que Fenrir presentaba fiebre y algo de las esperanzas se morian un poco, pero el cuerpo del pequeño alfa todavía tenía fuerzas para dar pelea y nuevamente volvía a recuperarse, esa tarde en especial Strange les había la dado la esperada noticia, finalmente Fenrir podía irse a su casa, la batalla todavía no estaba ganada pero Fenrir se había ganado el derecho de estar en casa al lado de su familia.

La primer semana fue difícil, hubo altibajos, pero al fin se estaban acoplando para darle a Fenrir los cuidados que necesitaba.

Dos meses después del trasplante las buenas noticias estaban llegando,  el más reciente examen de sangre había arrojado que la enfermedad finalmente estaba cediendo terreno, había sido un día emocionante, pero fue ensombrecido por el repentino desmayo de Loki, ahora estaban Thor y Fenrir en la sala esperando noticias de la salud del pelinegro.

"¿Qué sucedió? - Tony llegó casi enseguida después de que Thor le llamara por lo sucedido - esta mañana que pasó a la oficina se veía bien"

"Es mi culpa - Fenrir escondió su rostro entre sus manos - se la pasa cuidándome todo el tiempo, su cuerpo no aguanto y probablemente haya desarrollado una enfermedad, todo por cuidarme a mi, hubiera sido mejor que jamás hubiera deseado tenerme, solo le e ocasionado problemas"

"Óyeme bien Fenrir - Tony descubrió el rostro del cachorro que ahora estaba asustado - jamás se te ocurra repetir eso delante de Loki, tu y Lena son su motivo para salir adelante, son su motor para despertarse cada día, así que guardate esos comentarios y que nunca vuelvan a salir de tu boca, esperemos al doctor haber que noticias trae, seguramente solo es cansancio como en ocasiones podríamos tenerlos todos"

"Si, debe de ser eso - Thor se acercó para arrodillarse frente a Fenrir - Loki es fuerte, pero como sabemos han sido meses muy duros, hace días que lo e notado muy distraído, de hecho ya habíamos quedado que después de estos exámenes que te hicieron vendriamos para que le hicieran un chequeo general, no te mortifiques, lo último que querría Loki es verte preocupado o con algún tipo de culpa"

Tiempo después llegaba Strange al lado de ellos y venía con él una doctora.

"Buenos días, soy la doctora Palmer - saludo la recién llegada - Stephen me pidió que revisara los resultados de los análisis del señor Laufeyson"