Capítulo 17

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-Ally...¡Ally Brooke! -Verónica la sacudió por el hombro.

Por fin la pequeña rubia dejó de mirar al vacío, últimamente actuaba muy extraña.

-¿S...si? -balbuceó un poco nerviosa por todas las miradas de las chicas en ella.

Estaban frente al casillero de Normani, esperando que la chica de piel oscura recogiera sus cosas. Camila había notado la extraña actitud de Ally y las dos chicas habían intentado llamar la atención de la más bajita.

-¿Estás bien? -Camila alzó una ceja.

Ally se sonrojó un poco mientras sacudía una mano, para restarle importancia.

-Yo, estoy bien, muy bien-después observó a los lados sonriendo nerviosa.

Camila y Verónica se miraron, no podía ser ¿Verdad?

-¡Listo, vamos a clases, Ally! -Normani cerró su casillero antes de tomar a la rubia y salir corriendo hacia la clase -. ¡Las veo después, chicas!

Las otras dos se despidieron, Ally se había comportado muy extraño. Estuvieron unos segundos en silencio, meditándolo.

-¿Crees que...?

-Espero que no-Verónica negó con la cabeza aún mirando por dónde se habían ido sus dos amigas -. Esto es complicado.

Camila estuvo de acuerdo, después miró la hora y se alarmó.

-¡Hay que ir a clase de arte! Voy a buscar mis cosas, te veo en el salón-se despidió de la latina saliendo en dirección a su casillero.

La latina pensó que era mejor ir de una vez al salón de arte. Fue una de las primeras en llegar, habían unos tres chicos que no conocía (no eran tan relevantes) y Lucy y la rubia alta. ¿Tengo tan mala suerte? Al parecer así era, pero secretamente estaba ansiosa por ver a la castaña. Las dos se miraron, pero como siempre, Lucy apartó la cara y Verónica terminó frustrada. Fue hasta su lugar, uno de los caballetes del fondo al lado de Camila. Solo esperaba que hoy su amiga no quisiera hacer otro dibujo del kinder, si no ella volvería a estallar en risas y tal vez está vez si la suspendieran.

-¡Iglesias! -la llamó el profesor, todos voltearon a ver a Verónica.

La latina se quedó quieta antes de voltear atrás y después volver al frente y señalarse.

-¿Yo? -sonrió inocentemente.

El profesor rodó los ojos y le hizo señas impacientes para que se apurara. Verónica vió que todos la veían, excepto una muy supuesta distraída Lucy que prefería mezclar la pintura en su paleta antes que verla. Claro, Lucy Vives se hacía de rogar, entonces Verónica no caería en su sucio truco.

-¿Diga? -preguntó nada más llegar frente al escritorio.

El señor acomodó sus lentes sobre el puente de la nariz, mirándola. Después alzó una bolsa de plástico, entregándola a la chica de ojos miel.

-Los rollos nuevos, para la cámara-le recordó ya que la latina le había pedido el favor de comprar unos nuevos.

Verónica tomó la bolsa de plástico.

-Gracias, jefe-sonrió pero se detuvo de volver a su puesto cuando el profesor la llamó -. ¿Qué?

-¿Cómo vas con todo el asunto de la fotografía?

-¿Bien? - la latina rió un poco pero al ver el rostro serio del señor se detuvo.

-¿Ya has encontrado a tu inspiración? -levantó una ceja, Verónica no parecía entender -. Ya sabes, tu musa.

Rivales (Vercy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora