Capítulo 9

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Hoy era el día, después de esperar una desesperante semana, por fin eran las pruebas para entrar al equipo de animadoras. Verónica se sentía muy segura, era un actividad en la cual destacaba y por eso sentía confianza. Camila era todo lo contrario, aunque intentara ocultarlo durante las clases parecía nerviosa, mordisqueaba sus dedos como acostumbraba a hacer cuando estaba ansiosa.

-Relajate, Mila-le dijo la latina dándole un golpecito en la cadera.

Camila la miró confundida y negó con la cabeza.

-¿De qué hablas?

-Qué estás nerviosa, descuida, lo harás bien-le sonrió a su mejor amiga.

-No estoy nerviosa-mintió, pero al ver que Vero no le creía suspiró -. Bueno, un poco.

-Esa es mi chica-le dió un beso en la mejilla antes de darse la vuelta.

-¿A dónde vas?

-A la clase de arte, he olvidado mis pinceles- tranquilizó a Camila mientras buscaba el salón.

Al llegar a la clase allí estaba Lucy, no le sorprendía, lo extraño era que no habían más personas en el salón. La castaña solo miraba fijamente un cuadro, era arte abstracto por lo cual Verónica no entendía mucho el concepto del cuadro. Sigilosamente se posicionó trás Lucy, mirando la pintura, eran unas manchas de colores interrumpidas por unas líneas negras y grises. Daba la apariencia de ser una pintura feliz elaborada por un artista triste. Fue un impluso, pero la latina quería fastidiar a Lucy, se acercó hasta su oreja y susurró en voz baja:

-Creo que es muy complejo para tu cerebrito, ¿No crees, Vives? -de inmediato Lucy volteó abruptamente, pero no sé alejó.

Ay, madre mía. Pensó la latina al ver el rostro castaña muy, demasiado, cerca suyo. Observó brevemente sus ojos cafés, parecían muy profundos y cálidos, nuevamente la sensación de cosquilleo apareció en su estómago y se separó de Lucy rápidamente. Estaba colorada y desconcertada por su reacción, ¿Por qué siempre actuaba así frente a Lucy Vives?

-Per... perdón-se disculpó la pequeña castaña bajando el rostro y con las mejillas encendidas, nunca había estado tan cerca de Verónica.

-Me desesperas tanto, cuando te disculpas y todo eso-rascó su cabeza, los ojos miel se encontraron un segundo con los cafés, pero el breve momento se cortó.

El profesor entró por la puerta, un poco desconcertado por ver a dos de sus alumnas alejadas un metro de la otra y coloradas.

-Señorita Vives, ¿Ya terminó su obra? -preguntó sentándose en su escritorio.

Lucy lanzaba miradas de reojo a la latina, asintió suavemente antes de mostrar una tímida sonrisa.

-Si, señor, acabo de guardarlo en el almacén-señaló la puerta que estaba tras el escritorio, el profesor asintió.

-Gracias, ya puede irse, Vives-le hizo señas con la mano para que la chica abandonara el salón.

Las dos chicas entendieron la indirecta, Lucy volvió a cabecear mientras tomaba sus cosas y caminaba hasta la puerta. Dió una última mirada a Verónica, la latina sintió un vuelco en el corazón al ver que los ojos cafés no se despegaban de ella.

-¿Algo más, señorita Vives?-el profesor alzó una ceja al ver a Lucy aún en la puerta.

La castaña se sonrojó un poco antes de dejar de ver a Verónica e irse, cuando por fin la puerta estuvo cerrada fue que la latina respiró profundamente. ¿En qué momento había comenzado a aguantar la respiración?

-Y usted, Iglesias, ¿Qué le trae a la clase? - el profesor la veía fijamente a través de sus gafas.

Al contrario de la mirada fija de Lucy está la hacia sentir incómoda.

Rivales (Vercy)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora