Año 2015

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A la vuelta de las vacaciones Jungkook estaba muy callado. Quería preguntarle a Jimin por su amigo, pero le daba miedo que le contestara algo que no quería oír. Por eso el maknae se centró en su evolución como artista e intentó por todos los medios ver a Jimin como lo veía al principio... Pero claro, pensándolo mejor, nunca le había visto como un hermano mayor. Así que tendría que trabajar mucho sobre ello.

Llegó 2015. El año de la locura, las hormonas, el descontrol. Jungkook pensaba que lo tenía todo controlado, pero se equivocaba. La época de "I need you", "Run" fueron comebacks que cambiaron totalmente la apariencia de Jimin. El chico estaba viviendo una metamorfosis y JK no era el único en notarlo, todos los de su alrededor también lo hacían. Los moscardones comenzaron a aparecer de forma más habitual. Ya no eran solo chicas, sino chicos que les daba igual que la gente vieran que estaban coqueteando con otro hombre. Jimin comenzó a convertir al más hetero en gays, como quien gira tazos. Su look se sofisticó, su cara se afinó y sus rasgos se hicieron aún más delicados. Al contrario que Jungkook, que su cuerpo no dejaba de crecer y su mandíbula de ensancharse.

Para rematar, Jimin parecía disfrutar con la atención que estaba recibiendo. Se hizo experto en lanzar miradas que si las recibías quedabas totalmente flechado. Volvió a bailar su estilo de baile, algo que había dejado atrás para poder debutar con el grupo. Ahora les enseñaba a los demás pasos de contemporáneo para meterlos en las coreos. Ensayaba en su tiempo libre y, si no fuera porque es imposible, Jungkook creía ver cómo las feromonas del chico se esparcían con cada movimiento que hacía, como si fuera el polen de una flor. Obviamente, no era el único que se daba cuenta. Lo que más odiaba el maknae era cuando se reunían con otros idols. De repente, muchos de ellos comenzaron a rondar a su hyung. ¿Pero qué les pasa?

Ese verano fueron a hacer fotos a Estados Unidos y de paso a disfrutar de la temporada de sol. Jungkook estaba muy contento, le encantaban ese tipo de viajes porque solía pasar bastante tiempo a solas con Jimin por las noches. Aunque no dormian en la misma habitación, se buscaban la vida para coincidir durante horas. El problema es que ese viaje empezó de una manera algo peculiar, comenzando por el nuevo asistente que tenían. Se llamaba Sungjoo, era bastante joven, tendría como mucho 25 años, era guapo, alto, estaba tatuado, tenía buen cuerpo. El tipo de chico que llama la atención por su atractivo. A JK le gustaba su rollo, sobre todo sus tatuajes, él soñaba con tatuarse una manga al cumplir la mayoría de edad, pero para eso quedaba. Aún tenía 18 y hasta los 21 no podría hacérsela.

El gran problema vino cuando Sungjoo comenzó a tener más que palabras con Jimin. El maknae se dio cuenta por primera vez en el avión. El asistente aprovechó que Hobi, compañero de fila de Jimin, había ido al baño. Se acercó al chico y le ofreció una almohada para apoyarse mejor. Se estaba torciendo el cuello en esa postura.

-Hyung, muchas gracias -dijo Jimin con una voz muy dulce.

-No hay de qué... ¿Todo bien?

-Sí. La verdad es que tengo ganas de llegar. ¿Y tú, hyung? ¿Emocionado por cuidar a unos niños como nosotros?

Sungjoo sonrió tímidamente.

-No os considero tan niños... Bueno, a algunos sí, pero tú eres más como un angelito...

Jimin no sabía qué responder a eso, así que sonrió de manera dulce y se sonrojó. Hobi llegó para interrumpir la escena que se había montado sin su permiso.

-Perdón, hyung.

-Lo siento, Hobi, pasa, pasa... Yo me voy. Nos vemos luego.

-Sí... Nos vemos.

Jimin no dejaba de mirarle con una sonrisa de oreja a oreja. Sin darse cuenta se había relamido los labios para decirle adiós. Hobi estaba atónito con lo que estaba viendo.

MI ÁNGEL (COMPLETA)Where stories live. Discover now