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Advertencia: contenido sexual

—Por favor, quedate— dice Reaper.

Geno le abraza, le besa los labios y puede notar lo decaído que está su amado, piensa que realmente debió tener un día difícil.

—¿Quieres decirme qué sucedió?— pregunta el más bajo, colocando un mechón del cabello negro detrás de la oreja del adverso—. Vamos al baño y me vas contando, ¿sí?—

Reaper asintió y lo siguió hasta el baño, donde comenzaron a desvestirse mientras él contaba lo que había sucedido. Comenta que hubo una gran pérdida de dinero en su lugar de trabajo y ahora todos los empleados deben pagar por eso. También le comenta que tuvo que faltar a la mitad de sus clases para ir a resolver el problema de Error en la escuela.

Geno se siente terriblemente mal al escuchar todo eso. Quiere poder ayudar a Reaper de alguna manera, pero no puede pensar en una respuesta sensata. Está cansado de ser una carga y que sus hermanos le den tantos problemas.

—¿En qué piensas? —Le pregunta Reaper al verlo con la mirada fija en el suelo, mientras entra a la ducha.

Geno levantó la mirada y permaneció observando detalladamente el cuerpo del adverso, cada marca, lunar o cicatriz era como una historia oculta a la vista de los demás que sólo él podía apreciar.

Una idea indecorosa le llegó a la mente y sonrió con malicia.

—En que hace mucho no hacíamos el amor en la ducha— comentó en voz baja, en un susurro cargado de sensualidad, mientras dejaba caer la toalla que cubría su pelvis, exponiendo una ereccion en proceso. Pensó que el sexo sería un buen descargue de estrés y siendo lo único que se le ocurrió, no dudó en poner su plan en marcha, después de todo, desde hace tiempo, Reaper ya conocía cada parte de su dermis y no había un solo día que no se sintiera adorado, aunque muchas veces llegaba a sentirse asfixiado con tanto amor, no negaba la infinita felicidad que aquello le generaba, por lo que no le encontraba problemas al complacerlo cada vez que él lo nececitara.

Reaper al ver esto sonrió con complicidad y le extendió su mano para ayudarlo a entrar. Amaba siempre que su amado tomaba la iniciativa en ese tipo de cosas, era más placentero escucharle hablar con un tono sucio y desvergonzado sobre cosas obscenas y no aptas para menores. Cuando Geno tomó su mano, lo halo paulatinamente hasta tenerlo tan cerca que sus pechos se tocaban y sus alientos chocaban. Detalló una vez más cada facción en su hermoso rostro, sus labios rojos y delgados, sus ojos grandes y oscuros, su nariz perfilada y su cabello corto de color negro azabache con unos centímetros de albinismo en las raíces de cada mechón.

Bajó la mirada lentamente por el cuello de geno, luego hasta su pecho donde admiró sus rosados pezones, siguió su recorrido hasta llegar a la pelvis ajena y dirigió su mano hasta allí, tomó el miembro de su amado con cuidado y comenzó a juguetear con el glande. Sonrió satisfecho al ver los espasmos de placer que ocasionaba en el contrario.

Las sensaciones de cosquilleo no tardaron en despertar el gran falo de Reaper, quien siseo al sentir una de las manos frías de Geno sobre él.

Repentinamente, el más bajo acortó su distancia y se alzó sobre la punta de sus pies hasta alcanzar los labios ajenos y plantó un beso apasionado y fogoso que dejó con ganas de más cuando se separaron.

Las caricias, los besos, sus alientos chocando, todo esto hacía que pequeñas descargas de placer recorrieran todo su cuerpo. Geno no podía contener su deseo al sentir el miembro de Reaper chocar duramente con su vientre. En ese momento sintió las manos del más alto tomarlo de la cintura, para luego ser elevado por sus brazos. Geno, en un mero reflejo, enganchó sus piernas en la cadera de Reaper y se sostuvo con sus manos de los anchos hombros.

Trastorno De Identidad Disociativa Where stories live. Discover now