Historias +18 sobre personajes de Boku no Hero.
La portada NO es mía, créditos a su artista.
Historia dedicada simplemente a entretener.
Todos los personajes en las historias se los considera mayores de edad.
─ ¡____, Deku hará una fiesta de Halloween en su casa y estas invitada! ¿Te gustaría venir? ─ Uraraka se acercó emocionada a tu pupitre, su euforia a veces te cansaba.
─ ¿A quienes incluyen?
─ Uhm, a todos... ─ Asentiste y la viste irse.
Todavía no sabías si ir, no era que te disgustaran las fiestas, solo que estabas cansada de ir siempre con las mismas personas. Los que se salvaban eran tu círculo de amigos, Bakugo, Kirishima, Mina, Denki.... y Sero.
[...]
Estabas leyendo una de tus historias favoritas cuando te llega una notificación.
Mina 💋 (1). Vístete, en 20 minutos paso a buscarte.
Rodaste los ojos, no tenías pensado ir, pero tu amiga realmente si iba a ir a tu casa a sacarte de ahí, así que te diste una ducha rápida y te vestiste con algo casual, tampoco tan llamativo. No querías tener la atención de nadie, aunque en el fondo si querías la de alguien.
Luego de unos minutos, llegó tu amiga rosada y se encaminaron a la casa de Izuku, que no quedaba muy lejos. En el camino se encontraron con los chicos saliendo de la casa de Bakugo y siguieron todos juntos. Hay que agregar que sentías la mirada de Kirishima y de Sero clavándose siempre en ti, los oías reírse y eso te generaba algo de desconfianza.
Al llegar a la residencia Midoriya, el mismo chico los recibió con una preciosa sonrisa pecosa, contagiándotela igualmente. Estaban todos hablando en la sala, ya que eran los únicos que faltaban, así que supones que ya empezaría "la fiesta".
[...]
─ No pienso esconderme sola, desde ya les digo.
El juego que planearon era esconderse en algún lado del hospital abandonado al que habían llegado y estabas rotundamente negada a esconderte sola. Miraste a tus amigos y ya estaban todos en pareja, menos uno, tu ex. Suspiraste pensando en que tendrías que ir, aunque no te molestaba del todo.
─ ¿Todavía no tienes grupo? ─ Se te acercó el pelinegro, a lo que negaste con la cabeza. ─ Si no te molesta, iré contigo, porque no tengo muchas ganas de ir con Uraraka.
─ Bien, pueden separarse y esconderse. El último último ser encontrado será el ganador del dinero acordado. Iida, Sato y Tokoyami serán los que busquen. ─ Explicó el pecoso y al terminar, todos se fueron.
Tu cuerpo fue tirado desde el brazo por Sero, quien fue corriendo a buscar un escondite, lo que te hizo reír. Llegaron a no sé qué piso y entraron en una sala un poco oscura, setándose debajo de unas mesas.
─ Aquí no nos encontrarán, así que hazte la idea de que tendremos el dinero para ambos.
─ Mmm sí, pero este lugar parece un poco peligroso y... tenebroso, ¿estás seguro de que nos quedemos aquí? ─ Abrazaste tus piernas para darte un poco de calor, ya que era de noche y hacía frío.
─ Si tienes miedo, puedes venir. ─ Abrió sus brazos y giraste tu cabeza rápido, escondiendo tu sonrisa. No podías creer que todavía te gustaba Sero ni que los sentimientos siguieran intactos. Sin mirarlo, te acercaste a él y te encerró, pudiendo sentir con claridad su deliciosa colonia.
─ Ese es el perfume que yo te regalé.
─ Nunca lo dejé de usar...
Como era de esperar, ambos se miraron a los ojos y todavía veías ese brillo especial en ellos. Sus labios se tocaron y no tardaron mucho en agregarle lengua. Sus besos seguían iguales, llenos de amor y con un toque de lujuria. El calor los empezaba a invadir y una de sus manos se metió por dentro de tu remera, acariciando tu espalda cosa que te hizo liberar un gemido.
─ ¿Ahora te excita que toque tu espalda? ─ Rió por lo bajo.
─ No, es que tienes las manos frías... ─ Los dos rieron un poco más fuerte y volvieron a unirse en un beso, pero un poco más necesitado.
Con sus manos hizo que te sentaras encima de él y agarró con fuerza tu cintura, causándote escalofríos por la baja temperatura de ellas. La saliva ya comenzaba a escaparse por sus comisuras y tu cadera ya se estaba moviendo de adelante hacia atrás encima de su creciente erección.
Sero sonreía entre besos ante tus reacciones y acciones, lo que también te hacía reír, lo extrañabas. Tu feminidad comenzaba a mojarse, así que con todo el dolor del mundo paraste tus movimientos y te separaste del beso, mirando directamente a los ojos a tu ex novio.
─ Supongo que... ya no tienes frío ni miedo. ─ Reíste, negando con la cabeza.
─ Si seguimos, no vamos a poder parar.
─ Lo sé, ¿te parece terminarlo otro día? Pero antes de eso, una cita, para hablar.
─ No estaría mal.
Ambos sonrieron y vieron unas luces acercarse, luego se abrió la puerta y Kirishima los vio.
─ ¡Encontrados! No son los ganadores esta vez.
─ Bien, bien. Te esforzaste Kiri, muy bien. ─ Dijiste saliendo de la sala.
─ ¿Pasó algo? ─ Le susurró el pelirrojo a su amigo.
─ Sí, gracias por ayudarme, realmente la extrañaba.
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