↳ 𝑂𝑛𝑒 𝑆𝘩𝑜𝑡𝑠. // 𝐵𝑜𝑘𝑢 𝑛𝑜 𝐻𝑒𝑟𝑜 𝐴𝑐𝑎𝑑𝑒𝑚𝑖𝑎.

༄ 𝑇𝑎𝑘𝑎𝑚𝑖 𝐾𝑒𝑖𝑔𝑜.

Giraste en la cama por tercera vez en la noche, incapaz de conciliar el sueño y miraste de nuevo el reloj.

3:52 a.m

Tenías tres parciales que rendir en la mañana y necesitabas poder concentrarte para hacerlos, pero no había forma de que te durmieras, no sabías porqué te estaba contando tanto.

Miraste a tu novio, acurrucado a tu lado, sus alas descansando y su pecho hinchándose cada que respiraba, ¿cómo podía dormir tan fácilmente? Suspiraste harta, sin saber realmente qué hacer hasta que se te encendió la bombilla.

Siempre que con Keigo tenían sexo, ambos o sobretodo tú, terminaban muy cansados y podían dormir sin dudar. Lo volviste a mirar, ¿estaría bien molestarlo y despertarlo para que te haga correr? Estabas preocupada, pero necesitabas dormir. Después de pensarlo un poco, lo aceptaste y te sentaste en la cama.

Mirabas detenidamente la anatomía de tu pareja hasta fijar la mirada en su bóxer, donde comenzaste a pasar la mano para despertar a su amigo. Lo viste moverse, pero no se despertó, así que continuaste con tu trabajo. Su pene poco a poco se endurecía y a ti te estaba dando cada vez más hambre, sintiéndote un poco mojada.

Notaste que estaba listo cuando viste una pequeña mancha de humedad en su ropa interior, te colocaste en 4 patas sobre su cuerpo sin aplastarlo y quitaste las únicas prendas que ambos llevaban. Una de tus manos acarició tu entrepierna, estimulando un poco tu entrada y enderezaste su miembro, sentándote en él lentamente.

Disfrutabas la sensación de ser literalmente abierta por su pene, por lo que se te escapó un gemido y miraste al rubio, tapándote la boca. La sorpresa fue mayor cuando lo viste despierto, sonriendo, con ambas manos detrás de él y disfrutando de la vista.

─ ¿Te está gustando, bebé? ─ Su tono de voz ronca y juguetona te hizo temblar.

─ Y-Yo... solo quería dormirme, per- Tapó tu boca con su mano.

─ Querías dormir, pero ahora vas a tener que hacerme venir, dulzura. ─ Una nalgada por su parte te sobresaltó.

Apoyando tus manos en sus abdominales, comenzaste a subir y bajar por toda su polla, haciendo cada vez más ruido con sus cuerpos y tu boca. Tus tetas rebotaban junto a ti y eso a Keigo le encantaba, las tomó y apretó, jugando con sus dedos en tus pezones.

No sabías la razón, pero ya te encontrabas cerca, así que te moviste más rápido y llegaste, gimiendo tan sensualmente que tu novio sintió una corriente por todo su cuerpo. Te quedaste inmóvil, bajando de tu orgasmo, pero el rubio no podía esperar. Tomó tu cintura y te recostó, quedando él arriba, una de tus piernas fue a su hombro y empezó con las embestidas.

Sabías que tu orgasmo había sido porque estabas necesitada, ya que las embestidas de Keigo te excitaban aún más y lo amabas. Tomaba tu cadera con fuerza, hundiéndote en el colchón y gruñendo ante tantas sensaciones.

─ ¿Qué pasa, mi amor? No te veo con sueño... ¿Tanto te gusta el pene de papi, hm?

Podías jurar que su voz era demasiado en ese momento, tu calentura aumentaba casa vez que lo oías hablarte sucio en la cama.

Tus uñas pasaban con fuerza por su espalda y pasaron a sus alas, agarrándolas y disfrutando de los gestos del chico, ya que eran un lugar bastante sensible.

─ Joder... Las alas... ¡Uff, estoy cerca!

─ ¡Keigo, si, más!

Aumentó el ritmo como pudo y 5 minutos después, ya estaban casi jadeando luego de sus orgasmos. Salió de tu interior y con él ambos flujos sexuales.

Takami cayó a tu lado cansado, abrazando tu cuerpo y acariciándote, dándote besos y diciéndote lo mucho que te amaba. Esas caricias fueron suficientes para hacerte dormir, pero al otro día tu cintura iba a doler bastante.

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