25. El destino.

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Último

La mañana resplandeció como nunca antes, los rayos del sol que traspasaron las ligeras cortinas blancas de la ventana se sentían cálidos sobre la piel desnuda de la espalda del joven que llevaba el cabello del mismo color que los brillantes esplendores del sol. Este por inercia, al ya no sentir el cuerpo del hombre que había dormido a su lado, despertó abriendo sus pequeños ojos lentamente, para luego sentarse sin muchas ganas y tallar su ojo mientras bostezaba.

Una vez despierto y estirado, tomó la primera prenda que encontró en el suelo, que fueron sus calzoncillos y una camisa blanca que notablemente por el tamaño era de su amante. Así se dirigió por la casa hasta encontrar a Jungkook pintado junto a la ventana, tranquilo y concentrado pincelando con color el rostro de su novio en el lienzo.

—Buenos días ¿de verdad ese soy yo? —murmuro Jimin con su suave voz, llegando por detrás y abrazándolo por los hombros con una sonrisa.

—¿Despertaste? Creí que no lo harías hasta después de las doce, incluso ordené que pusieran el desayuno más tarde —respondió el azabache ladeado su cabeza para mirar a su chico—. ¿Tienes hambre?.

—Un poco —Jimin jugueteó.

Jungkook llevaba puesto un conjunto de pijama de satén color azul rayada, el rubio jugó con el cuello de esta, solo había un botón abotonado, podía ver desde allí su pecho voluptuoso, pensó en solo deslizar su mano hasta ahí pero ideo algo mejor; miró los botes de pintura a su lado, tomó uno, humedeció sus dedos y entonces, ahora si deslizo su mano desde el cuello del pelinegro hasta su pecho.

—Jimin~ —Jeon sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, por el tacto y por lo frío que era el líquido.

—Yo también quiero pintar —hizo un puchero Park, para luego pintar la cara de su novio y reír por eso—. ¿Serás tú mi lienzo?.

—Pequeño diablo, ven aquí —Jungkook tomó al rubio y lo colocó en su regazo para así empezar a llenarlo de diferentes colores de pintura, haciéndolo reír pidiendo piedad.

Pero Jimin no permitió una derrota, él también tomó otros colores y empezó a embarrarlo con todos estos, tiraron la mesa con los botes y los piénseles, e incluso el cuadro que había dibujado Jungkook terminó en el suelo salpicado con todos estos colores.

Ellos terminaron también en el suelo, y entonces finalmente se detuvieron, estaban llenos de pintura, se veían graciosos y un tanto tiernos. Se miraron con devoción y entonces se besaron suavemente hasta que el beso se profundizó, Jungkook metió su lengua en la cavidad de su amante y este le siguió la corriente chocándola con la suya.

Jimin enseguida se subió arriba suyo y le quitó la camisa sin separar nunca su bocas. La pintura seguía apareciendo en otros lugares mientras seguían desvistiéndose, sus cuerpos parecían un lienzo colorido.

Acto siguiente, envueltos en placer y en pintura hicieron el amor, Jimin se mecía arriba de su amado y este gemía profundamente tomando la cadera del contrario quien también gemía con un poco más de fuerza. Pero mejoró, de pronto Jungkook elevó un poco sus caderas entrando más profundamente tocando ese punto dulce que terminó con llevar primero al orgasmo al rubio, para luego de un par de minutos arrastrar el pelinegro al mismo satisfactorio orgasmo.

—Creo que jamás tendremos suficiente—masculló Park entre jadeos y su respiración agitada—. Pero creo que deberíamos ir a ducharnos y luego a comer algo ¿te gustaría?.

—Me encantaría amor mío —beso dulcemente los labios de su amado y luego ambos se levantaron y caminaron hasta la ducha con las manos entrelazadas.

Destiny┊𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora