Registro de Isekai

Capitulo 13

Capítulo 13: Divinidad versus locura

el aire alrededor de ellos explotó, la pura fuerza de los golpes de Shadow causó una onda expansiva. Esas ondas de choque se encontraron en medio del cráneo de Black y chocaron justo en su cerebro. En el momento en que las extremidades se conectaron, los ojos de Black se atenuaron. La fuerza repentina nunca antes vista y la precisión de los golpes de Shadow para sacudir su cerebro fueron suficientes para noquearlo. Ninguna espada o arma causó esto, la herramienta prevaleciente en el mundo natal de Shadow. No, lo que finalmente separó el alma y el cuerpo de un dios, aunque solo por un corto tiempo, fueron las extremidades desnudas de la propia Eminencia, superando una vez más el sentido común y la lógica de su mundo. Sin embargo, incluso cuando la Sombra se convirtió en un borrón, una sonrisa maníaca en su rostro mientras sus brazos y piernas golpeaban al saiyajin divino, los estilos de todo su viejo mundo se mezclaban... El cuerpo de Black aún se movía. Sí, fue golpeado. Sí, los golpes conectaron. Pero aun así se movió, intentando parar, intentando contraatacar, con suficiente poder para advertir a Shadow. El cuerpo, perteneciente a la inmunda raza guerrera conocida como saiyajin, se movió incluso sin intervención. La profundidad de sus experiencias era así de profunda. Así el Cid escogió sabiamente sus golpes. Fue solo una pequeña sacudida, causada por la recuperación lenta de la conciencia de Black. Sin embargo, la grieta fue más que suficiente.

Con la fuerza de torcer sus caderas y levantarse del suelo, el golpe en el hígado conectó. Black jadeó por aire. En ese momento, un dolor nunca antes conocido estalló. El daño causado fue más que suficiente para sacudir el alma de Black. Y en ese momento, la luz volvió a sus ojos y parpadeó confundido. El cambio de inconsciente a consciente hizo que cayera aún más en el pie trasero, su mente entró en pánico por el abrumador flujo de información que estaba recibiendo. Una patada baja hizo que su forma se torciera y luego varios golpes le hicieron retroceder la cabeza varias veces. Black saboreó el hierro en su boca y sintió que algo fluía por su nariz. Solo lo llenó de confusión.

¿Que estaba pasando? En un momento, estuvo a punto de derribar al asqueroso mortal y ahora... ¿ahora estaba siendo dominado? ¿Obligarlo a agitarse como un niño mientras lo empujan hacia atrás? ¿Obligarlo a retroceder y levantar la guardia como si realmente estuviera en peligro?

Con su mente de vuelta, Black hizo lo mejor que pudo, usando los estilos de sus dos mayores oponentes en tándem. Sin embargo, no eran nada en contra de las diversas formas en que fue atacado. Una parada fue provocada y respondida con una patada en el estómago. Su bloqueo fue derribado casualmente en lugar de ser golpeado, dejando su rostro abierto para un cabezazo. A medida que se vio obligado a retroceder cada vez más, hacia la pared, se dio cuenta de lo que había ocurrido.

Él murió... ? ¿Él? ¿Un dios, una existencia suprema? ¿Él, que había resistido los golpes de otros saiyans, ya sea aquellos que invadieron el reino de los dioses o pecaron con su ira? ¿El que se enorgullecía de su resistencia, superior a su otro yo que deseaba la verdadera inmortalidad?

Sólo había una palabra que pudiera describir sus emociones ante esta afrenta, ante este pecado que el mortal estaba cometiendo contra él. Sus brazos no fueron lo suficientemente rápidos para levantarse, el henificador golpeó su rostro y provocó que se deformara por un momento. Sin embargo, a pesar del golpe limpio, la cara que hizo incluso hizo que la Sombra abriera los ojos en estado de shock.

MARAVILLOSO.

Una sonrisa desgarradora. En ese momento, Black no sintió mayor alegría, ni mayor rabia, emoción y disgusto al mismo tiempo. En ese momento, evolucionó una vez más, por el insulto y la inspiración que recibió. Aunque el golpe fue dañino, no fue completo. El dios giró con el ataque, al mismo tiempo que invocaba su espada ki una vez más. Esta vez, Cid esquivó activamente y se retiró, la hoja apenas lo rozó. Aún así, levantó los brazos en forma cautelosa una vez más, pero con una sonrisa de satisfacción. Después de todo, incluso después de tal paliza, el dios simplemente abrió los brazos, una sonrisa sangrienta en su rostro mientras su aura rosada explotaba una vez más en proporción a su propia emoción.