La cascada

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El aire fresco de la mañana me golpeó sin previo aviso, era un día soleado, aún así se podía sentir la humedad de aquel frondoso bosque que parecía rodear completamente el lugar, aunque no podía asegurarlo a ciencia cierta ya que el territorio se extendía más allá de dónde me alcanzaba la vista.

Jake seguía corriendo emocionado en dirección al bosque mientras yo le seguía de lejos, observando cuidadosamente todo a mi al rededor.
Debía admitir que el lugar era magnífico. Por así decirlo... era como una pequeña cuidad.

No era nada que hubiese visto antes en una manada ni nada parecido. A lo lejos podía divisar alzarse rascacielos imponentes. Entendía el porqué de que todos quisieran su dominio apenas crucé aquella puerta descomunal. Cientos de casitas preciosas rodeaban el castillo junto con algunos comercios.

-¡Cielos Khalessy! Date prisa o no llegaremos nunca.- la voz demandante de Jake llegó hasta mis oídos. Este solo saltaba mientras hacía gestos exagerados con sus brazos. Me hizo reír, y apretar el paso, claro.

-¿Por qué tanta prisa?- pregunté con una sonrisa, colocándome justo a su lado.

-No queremos que alguien más llegue a la cabaña antes que nosotros.- respondió obvio, casi como si debiera saberlo.

-¿Hay mucha gente por aquí?- pregunté posando mi vista de árbol en árbol mientras le seguía el paso, un poco apresurado.

-¿Que si hay mucha gente?- preguntó incrédulo, sin poder reprimir una carcajada.- Escucha Khalessy...- su tono se tornó serio.

-Si, lo sé, estamos en la maldita manada más grande y poderosa del mundo, eso ya lo había notado.- dije rápidamente antes que Jake pensara que era completamente estúpida del todo. Este negó con su cabeza.

-No, Khalessy... estamos en TU maldita manada, la más grande y poderosa si, pero lo más importante, es tuya...- Jakee miraba con intensidad.- esa gente... es tu gente, esa ciudad, es tu cuidad y no voy a venderte que todo es perfecto pero esa gente merece vivir en paz.

A decir verdad sus palabras me aterraron, el hecho de tener una responsabilidad tan grande a mis espaldas me aterraba, el no poder ser lo suficientemente fuerte, el tal vez, no saber tomar decisiones correctas y otro sin fin de cosas más.

De la noche a la mañana me encontraba sola, tal vez no literalmente pero... estaba lejos del lugar que había considerado mi casa desde casi que tengo uso de razón, me había separado de Ryan, de Kiara y de Keyla y aunque la compañía de Jake era reconfortante, lamento decir que no era suficiente.

De pronto me sentí abrumada, derrotada... tenía un par de opciones, a cada cual peor que la anterior.

Una era volver a casa pero entonces no podría hacer otra cosa que aceptar la decisión del alpha, casarme con Logan para así convertirme en la luna de su manada, acompañarlo en la coronación  ¿y entonces que?

Después... nos mudariamos juntos, tal vez. Logan tendría que ocupar las tareas de su padre, de mi por otro lado... lo que se espera ahí es muy diferente. Darle un cachorro se consideraría mi "deber".

Y no me malententiendan, me gusta Logan pero... ni siquiera cumplí mi mayoría de edad y al padre de Logan parece ni siquiera importarle esa parte.

Por otro lado...

Te tocará llorar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora