Leer el Mundo.

0 0 0
                                    

Como parte de la Semana Cultural de la Universidad ITES René Descartes presenté la charla:

Leer el Mundo.

Quiero agradecer a la Universidad René Descartes por la invitación a la charla que titulé Leer el Mundo, misma que me hicieron llegar a través de su Coordinador el maestro Rob Presuel, de antemano por tenerme en cuenta, les doy las gracias.

Es un honor participar en la semana cultura de la Institución, como ponente, mejor aún, uno que escogió el tema que iba a hablar, así que claro mi elección fue un tema que me apasiona, que me emociona cada vez que lo platico, que además lo considero uno de los ejes de mi vida tanto profesional como personal, que es el oficio de contar y escribir historias.

No es la primera vez que vengo a la Universidad, en el 2019 platiqué dos libros, El contrato social de Rousseau y el Mundo de Sofia de Jostein Gaarder, en esa ocasión fui invitado por la Mtra. Claudia Novelo Berzunza, en ese entonces la experiencia me dejó un grato sentimiento, fue un encuentro enriquecedor y generó en un diálogo dinámico, donde cada uno de sus compañeros de ese entonces participaron activamente, plantearon dudas acerca de algunos de los pasajes de los libros que hablé y claro también pusieron en jaque algunos de las posturas que ya tenía acerca de ambos libros.

Sin más preámbulo me gustaría citarles un dicho del refranero popular en Corea, que dice algo como esto "las personas que se conocen por casualidad forman un vínculo que los une para siempre" y justo eso es lo que pretendo con ustedes el día de hoy, utilizando como vínculo las letras.

El titulo no es coincidencia, es el nombre de uno de los mejores libros que leí sobre lo que para su autor Víctor Bravo significa en el sentido amplio la palabra "literatura", el texto aborda los matices y distintas aristas que este arte consolidó a lo largo del tiempo, dando como resultado una influencia en la manera de pensar de una sociedad determinada, en la configuraron de su idiosincrasia, en sus costumbres y a la hora de fijar sus pautas culturales, estéticas en un momento y una época determinada, el autor como dije es un extraordinario escritor y los invitó a leer su obra, pero especialmente este libro.

Sigo con las citas, (una costumbre buena/mala que me acompaña desde hace muchos años) es una frase maravillosa de Hannah Arendth una de las más brillantes mentes del siglo XXI, que escribió una vez, seguramente citando a alguien más (posiblemente Plutarco) " Nunca se está haciendo tanto, como cuando no se está haciendo nada" el acto de leer, es una forma que podríamos llamar de inactividad-activa, es un ser y no ser simultáneamente, cuando se lee, no se hace nada y sin embargo se está haciendo muchísimo, me atrevo a decir, que cada vez que alguien lee está cambiando el mundo, leer es una contemplación activa de la realidad, un gato de Schrödinger de las letras, un libro está y no lo está, pero solo es posible averiguarlo hasta que alguien lo abre y lo lee.

Por otro lado, escribir, es un hacer, es creación, es Génesis, es el acercamiento a la divinidad, ya que, a partir de una hoja vacía, podemos inventar mundos, historias, ficciones, mundos alternativos, distopías, realidades alternas, incluso universos donde nuestras leyes de la realidad no apliquen, no existan o donde sean completamente distintas.

La escritura puede construir complejos castillos de ideas, o humildes chozas de uno o dos argumentos, pero que no hay que confundirse, ni tampoco deslumbrarse, la escritura no es grandilocuencia, tampoco se trate de inflar el texto con palabras incomprensibles, esto es solo palabrería, en mi opinión, la mejor escritura es la que es capaz de dos cosas: número uno que ese texto cualquiera pueda entender lo que se escribió y dos que aquello que está escrito pueda recrearse en la imaginación, para la primera parte hay un antiguo proverbio árabe que lo describe a la perfección, "poca sesera para entenderlo, maestría para escribirlo" y para el segundo apartado traigo de nuevo a colación al extraordinario escritor Eduardo Galeano, cuando describió su oficio como uno de los más difíciles ya que si nos decidimos a escribir sobre el mar, hay que encontrar las palabras que sean capaces de mojar a nuestros lectores.

Leer el mundo, en mi opinión, va mucho más allá que el simple acto de abrir el libro y leer los caracteres, leer también es contemplar el atardecer, escuchar con atención una canción, platicar con un amigo, un desconocido, leer es obtener información de nuestro interior y capialzarla, hacerla propia, tomar los fragmentos de información y usarlas en el propósito que consideramos conveniente, que para algunos pueden joyas para la imaginación o en herramientas útiles para aplicar en nuestra cotidianidad.

Leer es como dije acción y contemplación al mismo tiempo, es el resultado de un complejo proceso intelectual que se remonta a miles de años atrás, desde que la humanidad utilizo el lenguaje como mecanismo universal de comunicación, un fenómeno que nació primero como resultado para indicar las cosas, los animales o las personas, luego para describir situaciones, dar órdenes, enumerar objetos, señalar lugares, hasta que por último describió emociones, pensamientos, ficciones o abstracciones de la mente, así la lectura tomada de la mano de su hermana gemela la escritura se consolidaron como una extensión de le mente humana.

Hay una historia que cuenta el maestro Galeano que se remonta al tiempo en que los antiguos monjes franciscanos que fueron los elementos religiosos de la conquista se toparon con una tribu brasilera renuente a la evangelización, estos nativos escépticos como afortunadamente lo fueron de todo lo que viniera del hombre blanco, rehusaron cualquier intento de privarlos de sus propias y ancestrales costumbres.

A pesar de estos lograron conciliar con uno de estos extranjeros un día cuándo que uno de estos monjes, les mostró un libro, y les enseño que aquel artefacto podía servir como una extensión de la memoria y como un anexo permanente a las historias orales que compartían, fue tanto el impacto de ese descubrimiento, que esa tribu llamó al libro piel de dioses.

La lectura es ciencia, es magia, es poesía, pero también tiene fines utilitaristas, aquí los invito a que piensen en cualquier actividad que quieran aprender, perfeccionar, o desarrollar, estoy seguro que, si buscan en la bibliografía sobre la materia, van encontrar un libro, una obra que hable sobre el tema, cuyo contenido puede variar desde la experiencia de alguien en particular hasta cuadernos técnicos detallados de la materia.

El libro es capaz de mostrarnos como alguien aprendió, consiguió o compartió su experiencia o dominio en determinada área o materia, solo imaginen que en un solo texto cualquiera de ustedes puede aprovechar la experiencia y la pericia de una persona que dedicó su vida al perfeccionamiento de una sola rama, arte o ciencia, por ello creo que ninguno de nosotros, tiene ni debe iniciar desde cero.

El conocimiento está ahí, al alcance de todos, atrás quedaron los tiempos cuando los libros y la escritura pertenecía a una fracción minúscula de la sociedad, hoy el cúmulo del conocimiento humano está ahí dispuesto prácticamente en cualquier momento o en cualquier lugar, la revolución tecnológica redujo la asimetría de la información, hoy es posible dentro de cierto marco económico obtener casi cualquier libro prácticamente gratis en los motores de búsqueda del internet.

Confió en que el futuro traerá grandes descubrimientos, alcanzaremos logros, en todas las áreas de la vida, Carl Sagan lo escribió un día, diciendo que, si la humanidad logra evadir la destrucción total de una posible conflagración nuclear, el resultado sería el crecimiento meteórico de la tecnología.

Estoy seguro que en poco tiempo nos convertiremos en una especie intergaláctica, colonizaremos otros planetas, venceremos a la muerte, podremos utilizar la totalidad de las energías y los recursos de nuestro planeta, con suerte también superaremos los nacionalismos, las guerras, los odios, y nuestras diferencias como especie se acortarán si es posible en lo mínimo.

Leer educa, aclara y si somos honestos intelectualmente nos permite llegar al futuro sin vergüenza, porque la lectura pone a prueba nuestros sesgos, nuestras falacias del lenguaje, nuestras ideas preconcebidas, nos mueve a cambiar de opinión, nos invita a pensar, a reflexionar y mantener a raya el gran manto de nuestra subjetividad.

Vivimos en la era de la opinión, pero esto pienso que es en gran medida porque nos alejamos del debate por el conocimiento, depende de nosotros recuperar los cimientos sobre los que se desarrolló la complejidad del pensamiento de nuestra especie, que no fue otra que el debate de las ideas.

Me quiero despedir parafraseando una cita de Carl Sagan cuando escribe que los seres humanos somos capaces de hacer magia y que los libros es la prueba de ello, yo creo en ello, y estoy dispuesto a entregar mi vida en ese proceso.

REFLEXIONESWhere stories live. Discover now