"SUSCEPTIBLE AL AGRAVIO"

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Reflexión sobre tomarse todo a "pecho"

Pensé en un término para acotar (desde el lenguaje, desde mis propias limitaciones y sesgos agregados, por supuesto) el nivel de susceptibilidad de ciertas personas de sentirse agraviadas por cualquier gesto, acción o conjunto de palabras de alguien más que presenta un punto de vista, opinión, o postura respecto de un tema cualquiera (sin dirigirse necesariamente hacia la persona en cuestión) y que esa respuesta sea motivo suficiente para generar un sentimiento de antagonismo entre uno de los interlocutores.

El tema es complejo, ya que plantea una idea de fondo que es la sobre valoración de nuestra propia importancia en el destino y las circunstancias de las cosas, al punto de creer que todo lo que ocurre a nuestro alrededor, o todo lo que alguien dice, propone o señala, es consecuencia de nuestra presencia en esos episodios.

Esta vez quiero ser breve, el tema, aunque da para mucho más, en esta reflexión quiero enfatizar mi perspectiva sobre la susceptibilidad al agravio como una forma del ego vinculada a la falsa percepción sobre la importancia que nos damos sobre lo que ocurre a nuestro alrededor:

• "Es que me vio feo"

• "eso que dijo fue por mi"

• "es que seguro me tiene envidia"

La firme creencia de que lo que dicen los demás tiene que ver con nosotros es una pobre ilusión de nuestra imaginada auto importancia, la verdad es que una fracción de todas esas veces puede ser que sea de ese modo, pero la mayor de las veces todo ocurre en nuestra imaginación.

Hay una analogía bellísima sobre el tema, se trata sobre un rey que le pidió a su hombre de mayor confianza que le dijera cual sería el impacto de su muerte para el todo el reino.

Como era de esperarse el consejero era un hombre sabio, estaba al tanto que una respuesta imprudente podría costarle la vida, así que convidó al rey a que lo acompañase a la tina real, luego pidió a uno de los sirvientes que llenaran de agua hasta la mitad, luego metió la mano y la movió en todos lados, en todas direcciones, incluso hizo un remolino con la fuerza de su brazo.

Así estuvo un largo rato, hasta que después de un rato, en la que dividió a la mitad el agua y que la removió de un lado a otro hasta formar un pequeño remolino, así durante un largo rato en los que no se detuvo ni un momento hasta que el consejero se cansó de revolver el agua, después esperó unos momentos más hasta que por fin el agua se calmó, el rey estaba desesperado quería respuestas y no sabía a donde iba con todo eso, pero prefirió esperar, debía tener una respuesta detrás de lo que hizo.

El consejero miró al rey a los ojos – lo que hice con mi brazo son las acciones que hacemos en la vida señor mío, no importa si se trata de un simple campesino o de un rey todopoderoso como usted, cuando terminan de moverse las olas de nuestra vida, no importa si fueron grandes o pequeñas, el efecto dura unos cuantos, días, años, incluso décadas, pero después de ese tiempo, todo vuelve a ser como era antes, lo único que queda de nosotros es el recuerdo en el mejor de los casos de que alguna vez caminamos por esta tierra - explicó el consejero, mientras al rey estuvo atento a toda explicación - Haz dicho bien querido amigo, como siempre eres más sabio que cualquier en el reino - dijo el rey por último.

La historia anterior nos deja un mensaje muy claro, que no importa lo que hagamos en vida, nuestras acciones irán desapareciendo al paso inevitable del tiempo rumbo a la eternidad y solo es a través en los recuerdos (en los demás) es que alcanzamos cierto tipo de inmortalidad, seguir viviendo en la memoria de nuestros seres queridos, pero solo como ecos de nuestra existencia en el gran vacío del tiempo.

No nos tomemos la vida tan en serio, ni todo tan a pecho, ni andemos de mala leche, no exageramos nuestra importancia.

El mundo gira con nosotros o a pesar de nosotros, al final de cuentas ninguno de nosotros saldrá vivo de aquí, lo mejor que podemos hacer es devolver una sonrisa siempre que podamos y nunca sentirnos ofendidos por lo que los demás digan de nosotros.

Al final un regalo como un insulto solo puede alcanzarnos si nosotros lo recibimos.

REFLEXIONESWhere stories live. Discover now