REFLEXIONES

"Si quieres miel no patees la colmena"

Una reflexión diferente sobre esta frase.

Alrededor de los veinte años me enteré de que existía un Lista de libros prohibidos, pensé que eso no posible, siempre asumí que los libros eran una ventana a la cultura y de que sí o sí, contenían un saber que era importante transmitir para todo el mundo.

Conforme fui creciendo me di cuenta de que no era así, de qué hay libros de todo tipo y aunque en efecto todos contienen un conocimiento (de algún tipo) y donde el autor que los escribió no está exento de equivocarse, ni de ser víctima de sus propios sesgos o de asumir verdades parciales o la tendencia natural de forzar una narrativa para llegar a determinadas conclusiones que se ajusten a su sistema de creencias.

Así entonces las declaraciones, conclusiones o aseveraciones que un escritor, científico ensayista o articulista asume como ciertas y consistentes con su manera de pensar, no necesariamente corresponden a la descripción de su entorno, sino de su interpretación de esos hechos.

En la larga búsqueda de reconocer los errores subyacentes en mi manera de pensar, aprendí que hay falacias y sofismas, sesgos cognitivos, y desde luego la lección más importante de todas, la imposibilidad de nuestra mente de salir de su propia subjetividad.

Con esto en cuenta, dentro del lenguaje existen muchísimas interpretaciones, en especial cuando nos referimos a las diversas abstracciones de la vida diaria, como el amor, la lealtad, el honor, la gratitud y es justo de esta última de la que quiero hablar el día de hoy.

Una persona a la que admiro y al mismo considero una de las personas más inteligentes que conozco escribió recientemente si QUIERES MIEL NO PATEES LA COLMENA.

Pensé sobre el tema y traté de dimensionar esta expresión en su justa medida, y por supuesto alejándome de las posturas que afirman que esta expresión romantiza la sumisión, ni tampoco es una oda a ser un "agachado" (utilizando la connotación peyorativa de esa palabra) tampoco creo que sea una invitación para soportar abusos, o agradecer a quién no lo merece o a quiénes su trabajo (como los políticos) es la función pública y su misión consiste en servir a los demás ( porque reciben un salario del mismo)

Pero no me refiero a nada de lo anterior, de lo que hablo son de las dinámicas interpersonales entre individuos dentro de una sociedad que tiene como ideales la empatía, la solidad, el respeto y por supuesto la cortesía para pedir un favor, una cortesía o ayuda, independientemente si sea el deber de esa persona hacerlo o no.

No patear la colmena redondea en cierta forma, la vieja máxima de tratar a los demás como te gustaría que te trataran y también de que es posible actuar con dignidad en el ejercicio al servicio al prójimo y de qué (según yo) siempre la mejor acción para conseguir algo de alguien más es pedirlo del mismo modo como a nosotros nos gustaría que nos los pidieran.

La mejor opinión siempre es la tuya,

Y recuerda si quieres miel No patees la colmena.