"EL UNO MÁS QUE TU"

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Dentro de las aristas del comportamiento que entiendo y que puedo entender a la luz de mi limitada experiencia e inteligencia, hay uno en especial que se reproduce en patrones específicos o muy similares en individuos generalmente masculinos (en menor medida en mujeres) arriba de los sesenta o setenta años que esencialmente consiste en contestar de manera inmediata al logro o consecución de la meta de otra persona, minimizando su esfuerzo y al mismo afirmándose en una hazaña similar pero de mayor trascendencia que la que la que le contaron, esto es siempre uno más que tú.

Ejemplo:

Persona uno / El uno más

Corrí el maratón / Corrí dos y sin zapatos

Publiqué un libro / Hoy día le publican a cualquiera.

Terminé la Universidad / Yo terminé la escuela sin ayuda de nadie

El sujeto que aquí llamo el "uno más que tú" tiene la necesidad de demostrar que hizo es mejor que cualquiera y además es víctima del peor sesgo cognitivo de todos creer que es más inteligente de lo que en realidad es y creer que los demás son más tontos de lo que son, adjudicándose un condicionamiento automático que lo obliga a contestar sin medir si lo que dijo encaja o no con su realidad en oposición a la propuesta de lo que la otra persona le dijo.

El "uno más que tú" encuentra satisfacción en depreciar el éxito ajeno, ya que considera imprescindible resaltar los suyos propios como el pináculo del "mérito", aclaro en mi experiencia no es que este personaje no sea capaz de admirar lo que hacen los demás, sino que su medida del éxito es unidimensional respecto a lo que el "cree" que consiguió ya que generalmente su medida del éxito es un reflejo desproporcionado de la distorsión de la información de la realidad.

El "uno más que tú" es víctima del sesgo de narrativa (todo lo mira desde la óptica de su propia experiencia de vida) y el de síndrome de superioridad ilusoria (piensa que el esfuerzo que realizó en su vida fue mayor que el de cualquiera).

El uno más que tú generalmente vive en una profunda contradicción, ya que siempre intenta acomodar su éxito (real o ilusorio) con la realidad y lo convierte a su manera en un pontífice sobre temas que no entiende y tiende a procesar de manera poco acertada puntos de vista que en su mayoría son anacrónicos, pero bajo la premisa de que él estuvo ahí antes o que conoció el concepto primero que los demás (aquí suele ser cierto por la edad) y esa se convierte en su tarjeta de acreditación para sentenciar y hacer juicios valorativos de cosas que no entiende pero cree conocer.

Aquí entiéndase una cosa, no intento cometer una empresa de caricaturización sobre un grupo de población, muchos de los grandes logros de la humanidad con sus consiguientes avances fueron logrados por la disciplina, el esfuerzo, la ambición y la dureza del carácter que se forjaba en las condiciones materiales de esa época (muchos de esos valores que al sol de hoy consideramos anacrónicos) pero sin embargo fueron la manera de mirar el mundo hace sesenta o setenta años.

No soy ingenuo (intento no serlo) esta reflexión no la hago para distanciarme del montículo de privilegios bajo el marco con las que hoy escribo estas líneas, son ajenos al mundo que ellos construyeron, los boomers con todos y sus uno más que tú, consolidaron este mundo con sus luces y sus demonios.

Nadie puede juzgar el pasado con criterios del presente, ya que es imposible mirar desde afuera de la burbuja del tiempo y el contexto social – histórico – cultural en la que uno está metido, pero tampoco es justo tasar criterios normativos del pasado que por extensión eran viables a una realidad en el pasado con el presente.

Hay viejas y gastadas consignas como:

"a tu edad ya tenía familia e hijos"

"en mis tiempos todo era más [GSP1] difícil de conseguir"

"haz algo útil con tu vida, ponte a trabajar, en lugar de estar pensando en tonterías"

Estas y muchas otras frases son parte del repertorio argumental del uno más que tú con las que interceden (sin tregua) a su interlocutor.

El "uno más que tú" es el reflejo de una época donde uno era vocero de sus propios éxitos, no existían plataformas digitales que sirvieran como vitrina para mostrar a los demás las metas obtenidas, solo existían los medios tradicionales como el periódico o la televisión que reducía a la mayoría de la población a meros espectadores de los acontecimientos que ocurrían a su alrededor, eran los tiempos en que uno debía gritar a los cuatro vientos lo que uno hizo y defenderlo de los escépticos, los malintencionados o los burlones.

Finalmente, el "uno más que tú" es el reflejo de un tiempo en el que uno vivía a la expectativa del sabotaje y la ferocidad de los semejantes, no hay que juzgar a nuestro personaje, (suelen ser nuestros padres, abuelos y maestros) con los criterios del presente, pero si discutir sobre su comportamiento sobre la base de las nuevas dinámicas sociales del siglo XXI y como evolucionar "juntos" como sociedad, porque seguramente todos podríamos ser ese "UNO MÁS QUE TÚ".


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