5-Víctima

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-E-espera, espera ¡Por favor! ¡Por favor no-El hombre no pudo terminar de suplicar al interrumpirse él mismo por un grito ahogado. Un grito ocasionado por una de las pesadillas, para ser más específicos: La cuarta. Le estaba arrancando la lengua solamente con la fuerza de una de sus manos, mientras que la otra la tenía dentro del bolsillo izquierdo de su pantalón.
Ya al arrancarle por completo la lengua, de la boca del hombre empezaba a salir mucha sangre por razones obvias. Empezó a toser mientras apoyaba sus manos en el piso tratando de no derrumbarse en él, era mucha sangre la que salía. El responsable con la mano alzada viendo la lengua recién arrancada, habló.

-Tranquilo, tranquilo. Prometo que tu lengua estará en una mejor boca, la mía si dice todo lo que piensa, no importa si es ofensivo, doloroso o no. A diferencia de ti, un cobarde que no aprovecho su lengua para decir lo que piensa. -Lo intento calmar mientras hablaba emocionado, algo contrario de su expresión, que se mostraba llena de despreció hacía la persona que estaba tirada en frente suyo. Sacó la mano de su bolsillo, se puso en cuclillas y apoyo su mano en su hombro, para él era normal ver a las personas a punto de morir- Además... ahora vas a morir. -Dijo con los ojos cerrados mientras que abría su boca para que saliera su larguísima lengua- No fue un gusto conocerte -Sonrío aún con la lengua afuera-.

Fue lo último que pudo ver y escuchar la víctima antes de que algo apuñalara su corazón desde atrás. Después de un rato, lo que se supone que lo apuñalo salió del cuerpo del hombre, junto con el corazón de este.
Ya no estaba con vida. El responsable de la definitiva muerte acercó el corazón a su mano y se le quedo viendo, notando como ya no se estaba moviendo. Como todos los corazones que ha visto en su vida. Pero su visión en ella se desvió al escuchar un quejido de molestia de parte de la pesadilla, quien ya estaba de pie. Estaba intentando sacar la sangre que le salpico en su cabello.

-¿Podrías tener más cuidado la próxima vez? Me ensuciaste el pelo con la sangre de ese feo -Dijo al fin de poder sacar la poca sangre que le salpico-. ¿Podrías dejar de acercarte a las victimas cuando nos toca juntos? Sabes que siempre va a pasar eso, y si no quieres, átate el pelo y listo -Le respondió burlonamente, ambos ignoraban por completo el cadáver del que acababan de asesinar-.

-Que pena que una persona escapó, pero supongo que no durará tanto sin ayuda -Dijo el de pelo largo fingiendo pena- si tan solo hubiera soñado con la muerte, sufriría menos ¿No? -Añadió mirando a su acompañante, quien asintió sin mirarlo-

Ambos se alejaron del cadáver tirado en medio de un callejón. Después de todo nunca la policía los capturaron, caminaron uno al lado de otro sin siquiera mirarse a los ojos, solamente miraban al frente. Bueno, no tanto, ya que el de cabello extremadamente largo estaba intentando ponerse la nueva lengua que acaba de sacarla de su dueño. Pero le era imposible, la saliva no era suficiente, así que con un quejido la guardo en su bolsillo para que cuando llegue al lugar se lo pegue con cinta adhesiva. Su acompañante suspiro de alivio, le daba asco e incomodidad ver a su "amigo" hacer esas cosas cada vez que iban juntos a por el mismo objetivo. Sus ojos fueron a la mirada de el de pelo castaño, que estaba abstraído en sus pensamientos. Con tono indiferente, habló.

-Aún sigo preguntándome el porque solamente te pegas las lenguas de los hombres, mientras que con la de las mujeres los guardas en un frasco. Sería más fácil tirar a la basura las que no usas -Dijo recordando como en su habitación tenía cinco frascos con la lengua de todas sus victimas femeninas ¿Cómo lo sabia? Porque en ellos había una cinta diciendo "Lengua de las mujeres que no las supieron aprovechar"-.

-Ni yo se, a pesar de que odie de que no aprovechen su lengua para decir lo que piensan, por alguna razón no las quiero usar... digamos que siento como si las besara con lengua, y eso es irrespetuoso. -Se rascó la nuca mientras sonreía mostrando los dientes- Quizás asesine, pero nunca me aprovecharía de una mujer, eso sería necrofilia -Habló con orgullo, con el pecho en alto-. Ósea que, ¿Te gusta besar hombres de a lengüita? -Pregunto escépticamente su acompañante-.

Las cinco pesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora