agarimo.

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Algo palpitaba dentro de él.

Jimin se llevó una mano al corazón mientras tomaba asiento en el bordillo que daba paso a la puerta trasera del instituto. Nadie pisaba por ahí. Llevaba años siendo el sitio secreto de sus amigos.

Gracias a su soledad, pudo permitirse el sonreír ligeramente cuando sintió la alegría de la presencia que palpitaba en su interior. Su lobo estaba feliz. Y Jimin, por muy solo que se encontrase, ya no iba a experimentar ese sentimiento de que algo le faltaba. Podía ser un lobo omega, pero a pesar de todo, era su lobo y formaba parte de su existencia. Por mucho que repudiara a los de su condición.

Obviamente, no iba a entrar a primera hora. Podía imaginarse el escenario en su cabeza perfectamente: él entrando, todos los ojos sobre él esperando ver signos de su lobo alfa por ser su cumpleaños, todos percatándose de la gargantilla en su cuello. La decepción en los rostros de Yoongi, Taehyung y Jungkook.
Se restregó el rostro contra las palmas, pensando en arrancarse el maldito collar de cuajo. Era una opción, pero si lo hacía y descubrían que un omega se paseaba por el centro sin precauciones, le amonestarían. Y si sumaba todas sus amonestaciones, daban como resultado una expulsión.

Podía tratar de hablar con Namjoon, Hoseok y Seokjin, que eran los únicos que no iban a su misma clase y se enterarían después. No obstante, el único que pertenecía realmente a penúltimo año era Taehyung con sus diecinueve años y sus inmaculadas notas. Yoongi y Jimin iban a su misma clase porque eran repetidores y Jungkook era un caso aparte. A pesar de tener dieciocho años había sido adelantado un curso por su elevado cociente intelectual.

Con su mente entretenida imaginándose escenarios posibles, cruzó las piernas y comenzó a liarse un cigarro. Nunca fumaría frente a su hermano, pero a solas era otra persona. Y por acciones como esas sabía que nunca encajaría con el estereotipo de omega, aunque tampoco quisiera.

–¡Hey, Jimiiiin! –exclamó alguien a la distancia. El rubio alzó la vista con el ceño fruncido para visualizar a Taehyung– ¡Felicidadeeees!

Bajó la cabeza de golpe, cubriéndose lo posible con la capucha y centrándose en espolvorear el tabaco sobre el papel.

–Lo que me faltaba –comentó para sí mismo.

Empezó a entrar en pánico, pero como siempre no lo exteriorizó. Desde fuera estaba completamente tranquilo y relajado, haciéndose un cigarro en el sitio de encuentro de los chicos mientras se saltaba las clases como cada mañana. El único inconveniente es que Jimin juraría que sus amigos iban a entrar a clase.

Pero la imagen de Taehyung corriendo hacia él y Hoseok alzando los brazos en su dirección le llevó la contraria. Las siluetas que los acompañaban le infundieron respeto por el simple hecho de emanar tanto poderío con su condición de alfas. Negó con la cabeza, mordiéndose el labio inferior cuando escuchó sus pasos rodeándole.

–¡Ya eres todo un veinteañero! –exclamó Taehyung, encorvándose para abrazarle la cabeza con gracia.

–El que iba a entrar a clase –se burló Namjoon.

Jimin se forzó a soltar una risa con Taehyung zarandeándole.

–Para, Tae –fingió estar concentrado en prensar el cigarro.

Los demás le felicitaron por igual mientras tiraban sus mochilas por el suelo y dejaban sus pertenencias por ahí, acomodándose. Comenzaron a rular mecheros y humo, mientras conversaciones casuales surgían en las primeras horas de la mañana. Los aromas entremezclados de todos le jugaron una mala pasada a Jimin, haciendo a su lobo sentirse arrinconado. No obstante, trató de tranquilizarse e infundirse calma. Eran sus amigos.

SAD KIDS :( kookminWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu