Capítulo 8 | Declaración

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Narra Mikasa:

11:30 a.m.

La invitación marcaba la ceremonia religiosa al medio día y aún no estaba del todo lista, creo que algo dentro de mí quería hacer lo posible por no ir.

-¿Qué tanto haces cariño? Se nos hace tarde- preguntó Eren entrando a nuestra habitación.

Él llevaba esperando unos veinte minutos, usaba el traje negro que tanto me gustaba al mismo tiempo que me partía en miles de pedazos mi corazón, era uno que yo misma mandé a confeccionar para cuando nuestro primer hijo naciera.

-Dame cinco minutos más- pedí con una sonrisa a medias.

Eren solo soltó un quejido y salió de ls habitación. Terminé de arreglar mi cabello lo más rápido posible, tomé mi bolso y salí junto con Eren de nuestra casa. Al ir con el tiempo encima tuvimos que tomar un taxi para hacer nuestro viaje aún más rápido, para nuestra suerte cuando llegamos a la iglesia la gente aún no entraba a la ceremonia, la mayoría se encontraba al rededor del novio.

-No me digas que es Floch- dijo Eren entre dientes.

-¿Lo conoces?- pregunté sorprendida.

-Quisiera no hacerlo- volvio a decir entre dientes, esta vez fingiendo una sonrisa, pues al parecer ese tal Floch había puesto su mirada en nosotros.

-¿Eren?- habló el novio dirigiéndose a él.

-Hola, Floch- sonrió el ojiverde.

-¿Qué haces aquí? Hace mucho no te veía

-Al parecer tu prometida y mi esposa son amigas, Mikasa vino por ella

-Eso es estupendo, volveremos a ser amigos, haremos reuniones y después veremos a nuestros hijos crecer - dijo Floch emocionado.

La cara de Eren cambió al escuchar "hijos" no habíamos tocado ese tema aún, podía sentir que eso ya lo tenía harto, harto por todas las veces que lo intentabamos y no resultaba, cosa que me hacía sentir en extremo culpable, ¿Por qué mi cuerpo no podía cumplir con algo tan escencial?

Antes de que el ojiverde contestara una mujer llamó a lo lejos a Floch, era hora de iniciar. Todos los invitados comenzaron a entrar, yo decidí esperar al final. Quince minutos pasaron hasta que la orquesta empezó a tocar anunciando la entrada de la novia, todo el mundo volteó al mismo tiempo que nos pusimos de pie, ahí estaba ella, una preciosa mujer vestida de blanco acompañada de un hombre mayor tomándola del brazo. El nerviosismo de la chica se notaba a kilómetros al igual que la supuesta sonrisa que tenía en el rostro, yo sabía la manera en la que sonreía honestamente y esa no era una de ellas. Después de que Nitzi llegara al altar todos tomamos asiento.

La ceremonía pasó hasta las importantes palabras que sellaría el destino de ambas personas al frente.

-Yo Floch, te quiero a ti, Nitzia, como esposo y me entrego a ti, prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y la enfermedad, todos los días de mi vida- habló el chico al mismo tiempo que ponía el anillo de bodas en el dedo de la chica.

-Yo, Nitzia... Te quiero a ti, Floch, como esposo y me entrego a ti- comenzó a hablar con voz temblorosa, parecía que su voz quería quebrarse

No pude, no quería escuchar como era obligada hacerlo, en una acción impulsiva me levanté y salí de la iglesia. Eren fue detrás de mi, parecía preocupado.

-¿Qué pasó?- me preguntó.

-Creo que el tratamiento me causa náuseas- mentí fingiendo sentirme mareada.

Last first kiss  | Mikasa Ackerman X FemOcOnde histórias criam vida. Descubra agora