Last first kiss | Mikasa Ackerman X FemOc

Capítulo 4 | Séptima estación

Narra Nitzi:

Pasaron siete días sin ver a Mikasa en la estación, no la culpo, después de una pérdida así yo estaría devastada.

Yo seguía asistiendo a las lecciones para ser una supuesta buena esposa. Rico a menudo me corregía la forma de expresarme, también me regañaba por no poner la suficiente atención a sus explicaciones, el único momento reconfortante de mi día era cuando la noche llegaba y el silencio se apoderaba de la ciudad, solo en esos momentos dejaba de sentirme reprimida.

-Señorita Blouse- habló Rico, la instructora.

Parecía que a ninguna de las tres mujeres que estábamos "aprendiendo" nos importa ni un poco esas supuestas lecciones, pues nadie ponía atención, solo fingiamos escuchar. Ambas chicas me caían demasiado bien, una se llamaba Sasha, era castaña, alta y muy divertida, la otra era más tímida pero sumamente amable, tenía un lindo cabello rubio y unos preciosos ojos color azúl.

-¿Uh? ¿Si?- contestó Sasha recuperando la postura.

-Si no le interesa esto es mejor que se marche-

-¿En serio?- preguntó al mismo tiempo que sus ojos se iluminaron con ilusión.

No pude evitar soltar una carcajada por la cara de la instructora ante la pregunta de Sasha.

-Que risa tan escandalosa, modere su emoción- me regañó

-Sí, lo siento- contuve mi risa bajando la cabeza.

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Otro día llegó, como siempre debía alistarme desde temprano para tomar el tren a tiempo pero esta vez tuve un leve retraso y llegué tarde a la estación.

-Voy a pasar- decía una y otra vez mientras esquivaba el mar de gente que se había formado -Voy a pasar, llegaré tarde-

Para mi mala suerte cuando al fin pude llegar a la sala de espera, el tren estaba saliendo de la estación, corrí con la esperanza de que se detuviera pero no fue así,

-Veo que también lo perdiste- dijo en tono burlón alguien detrás de mi.

Al darme la vuelta pude verla de nuevo, Mikasa se encontraba frente a mi con un bello vestido verde olivo y... Su cabello ahora estaba hasta los hombros.

-¿Mikasa?- pregunté aún deslumbrada por lo bien que se veía.

-Hola- sonrió a medias.

Ambas nos sentamos a esperar el siguiente tren que tardaba una media hora aproximadamente.

-Pensé que ya no te vería por aquí- comenté con la mirada baja.

-Yo también lo creí- dijo desanimada- Pero hay que seguir adelante- retomó su actitud positiva.

-Lo siento mucho- comenté poniendo mi mano en su hombro como consuelo.

-Oye... ¿Ya conoces la ciudad?- puso su mano sobre la mia y yo negué con la cabeza - Yo tampoco, conozcamosla juntas-

Que mas da, supongo que un día que falte a esa ridícula escuela no afectará en nada, después de todo solo te enseñan a ser sumisa.
El tren llegó diez minutos después de la propuesta de Mikasa.

-Vamos- tomó mi mano y jaló de ella para  abordar.

Tardamos mucho en subir, pues todos los asientos estaban ocupados, afortunadamente un señor y su hijo nos cedieron el asiento.

-No tengo idea de dónde bajaremos- rió bajo la pelinegra.

-Mmm- miré a las paredes del tren donde estaba un mapa con las estaciones marcadas y conté cada una de ellas -Dime un número del uno al doce-