Capítulo 6 | Días contados

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Narra Nitzi:

¡Lo tengo! Después de pensar y analizar los posibles lugares para salir con Mikasa decidí la pista de patinaje que, durante toda la semana anunciaron mediante carteles y la radio. Nunca lo había hecho pero era algo que en serio anhelaba hacer.

Mañana a las 10:00 a.m. aquí– hablé antes de que Mikasa bajara del tren.

–¿Qué?– ladeó la cabeza.

Iremos a patinar así que trae pantalón– ignoré su pregunta.

Ella sonrió sabiendo a lo que me refería y me dijo:

–Entonces nos vemos mañana–

Una vez más faltaría a las aburridas clases, supongo que tres faltas no afectarán mucho a mi supuesto aprendizaje.

Esta noche Floch iría a cenar a la casa de Marie, aún no lo conocía tan bien así que sus visitas ocasionales seguían siendo algo incómodas. 

Pon esto en la mesa, por favor– me pidió Marie dándome unos candelabros –Esto debe salir perfecto –

–¿Estamos celebrando algo?– pregunté confundida por el comentario.

–¿Es una broma? ambas esperamos por hoy durante toda la semana– dijo alzando la mirada.

¿En serio? No sé de qué estaba hablando.
Antes de poder reaccionar el timbre de la casa sonó, alguien diferente a Floch estaba afuera.

–¿Puedes ir a abrir? Seguramente son tus padres–

–¿Mis padres?– volví a preguntar aún más confundida.

Querida, ¿En dónde tienes la cabeza?– volvió a sonar el timbre –Date prisa–

Me dirigí a la entrada de la casa, repasando las conversaciones de toda la semana con Marie pero no encontraba algo que destacara, algo que fuera importante. Al abrir la puerta pude ver a mis padres con una enorme sonrisa y una gran maleta.

–¡Nitzi!– habló mi padre con alegría al mismo tiempo que se lanzó a abrazarme, el olor a alcohol estaba presente en él.

Hola– sonreí a medias– Pasen–me hice a un lado para dejarlos entrar.

Hija– dijo mi madre pasando a mi lado con una sonrisa.

Ambos dejaron sus maletas en la puerta y fueron directo a saludar a Marie, yo solo observaba la escena, al menos hasta que escuché unas llaves al otro lado de la puerta, Floch había llegado.

Entró con un ramo de rosas en mano al igual que una sonrisa, ¿Por qué todos estaban tan sonrientes?

Cariño, ya estoy aquí – Se acercó a darme un beso en la mejilla –Son para ti– dijo dándome el ramo. 

Son muy lindas, gracias –

¿Ellos son tus padres?

Desvió la mirada hacia ellos.

Iré a saludarlos, quiero conocer a mis suegros – comentó acomodándose el saco.

Definitivamente no sabía lo que estaba pasando.

Pero que guapo eres– escuché hablar a mi mamá.

Después de toda la presentación formal de mis padres y mi prometido, pasamos al comedor, donde la madre de Floch había terminado de poner la mesa.
Durante la cena mi padre no paraba de elogiar a mi prometido por su exitoso trabajo.

Gracias por venir a nuestra última cena como prometidos, la próxima será en nuestra boda– habló de la nada Floch. 

Ante el comentario casi me atraganto con el bocado que tenía en la boca.
Marie se levantó, se dirigió a la cocina y regresó con una botella de vino, el cual empezó a servir en las copas que teníamos frente a nosotros.

Con esto quiero anunciar la fecha para nuestra boda– dijo el chico levantando la copa.

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Narra Mikasa:

Hoy iría a patinar con Nitzi, hace mucho no lo hacía, me miré una y otra vez al espejo antes de salir, como ella dijo, vestí con pantalón al igual que me coloqué en el cabello el pañuelo que ella me había bordado.

Esta vez podía tardar más, Eren no llegaría a casa esa noche, me avisó que pasaría toda la madrugada revisando los historiales médicos que tenía su padre. Con eso incluso podía invitar a Nitzi a mi casa a tomar alguna bebida.
Llegando a la estación solo me aferraba al pequeño bolso que llevaba mientras volteaba a todas direcciones para presenciar su llegada, no sabía la razón pero... Ansiaba verla. Después de tres minutos la ví, la sonrisa que yo tenía en mi rostro se desvaneció al verla con la mirada baja.

¿Qué sucedió?– pregunté preocupada.

Nada, solo estaba pensando– contestó sonriendo a medias– ¿Nos vamos?

Después de ver un mapa de la ciudad y ubicar la pista de patinaje, abordamos el tren, intenté mantener una conversación con ella pero se limitaba a contestar con "Sí" "No" o fingiendo una sonrisa. No podía preguntar otra vez la causa de su malestar, si lo hacía probablemente no obtendría respuesta y la haría sentir incómoda, así que me propuse alegrar su día.

Afortunadamente encontramos el lugar sin problemas, debió ser por el éxito que estaba teniendo y lo llamativa que era su fachada.

Al llegar teníamos dos opciones, patinaje normal y sobre hielo, ambas decidimos probar sobre hielo. Después de entregarnos los patines y atarlos a nuestros pies, pasamos a la pista donde las dos nos agarramos inmediatamente del barandal de esta.

Nunca he hecho esto– confesó Nitzi mientras intentaba avanzar.

Yo hace mucho no lo hacía – dije divertida –Pero era pan comido para mi

Dicho esto, me solté del barandal manteniendo mis brazos en el aire y comencé a avanzar, deslizando las navajas de los patines sobre el hielo, todo iba tan bien hasta que de un momento a otro sentí como perdí el equilibrio, cayendo sobre mis glúteos y manteniendo una expresión de asombro.

–¡Mikasa!– volteó a verme pero no podía hacer nada, ella tampoco podía avanzar.

Nuestra situación era lamentable, nos mujeres sin experiencia intentando ser profesionales. Nitzi comenzó a reír ante nuestra intención de ayudar y no poder, pero reía tapándose la boca, parecía que ahogaba su risa.

–¿Por qué tapas tu boca al reír?– pregunté mientras volvía a ponerme de pie. 

Tengo una risa muy escandalosa– se disculpó.

No creo que sea tan mala– comenté, nuevamente mi equilibrio estaba fallando, parecía cachorro recién nacido.

Creo que ya tengo control – dijo ella empezando a deslizarse aún sosteniéndose de la barra.

Como era de esperarse, Nitzi empezó a perder el control, resbaló hacía atrás haciendo que cayera con ella, ella y yo nos encontrabamos tiradas sobre el hielo.

No pudimos evitar soltar una carcajada, definitivamente esto no era para nosotras, volteé a verla y allí estaba, una linda risa sin ser contenida, no sé quién le habrá dicho que era escandalosa pero se equivocaba, era en extremo linda.

Tal vez debamos ir a otro lado– comentó.

Con trabajo nos levantamos y regresamos a la entrada de la pista, donde nos sentamos para quitarnos los patines.

Este fin de semana es mi boda– soltó con la mirada baja.

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Holaa, perdón por la tardanza del capítulo.

Gracias por seguir leyendo <3

¿Creen que Nitzi se case?

Last first kiss  | Mikasa Ackerman X FemOcWhere stories live. Discover now