- tambien quisiera ver a harumin y joseph..

La doctora entro interrumpiendo a la rubia pidiendo hablar con mei, el hombre salio un momento mientras la pelinegra seguia a la doctora fuera de la habitacion. Las mujeres hablaban del estado de la rubia cuando una chica de iris avellana entraba en el hospital, un enfermero se acerca a la doctora informandole que un paciente la necesita entonces se despide de la pelinegra acordando seguir con su platica en otro momento. Harumi observa a la de ojos esmeralda y decide acercarse.

- disculpa.

La pelinegra sube la mirada viendo a la chica.

- ¿puedo ayudarte en algo?

- ¿sabes donde esta la habitacion 27?

- oh, esta al final del pasillo doblando a la derecha..

- gracias!

La chica hace una pequeña reverencia y camina hacia la direccion dicha por la mujer de cabellos negros. La mente de mei formula que la habitacion donde fue la chica era la de su esposa, rapidamente camina hacia el cuarto y abre la puerta de golpe, observo como la rubia era mimada con pequeñas caricias en su rostro y cabeza por parte de la mujer de cabellos ciruela.
La morena suelta un pequeño gruñido ganandose la atencion de yuzuko y harumi

- hey, hola de nuevo!

- aleja tus manos de mi esposa.

Ordenó la morena, la chica la observo un tanto sorprendida mientras la de ojos esmeralda la miraba con genuina confusion.

- no soy tu esposa...no se quien eres.

La mujer morena volvio a sentir esa presion en su pecho.

- tal vez no lo recuerdes..pero si lo somos, estamos casadas.

Despues de ese momento incomodo, harumi se despide de su amiga, prometiendo verse nuevamente, y el matrimonio quedó solo en el cuarto. Yuzuko observaba las vendas en sus brazos, sentia como le picaba, pero no podia hacer nada.

- asi que.. estamos casadas, y tenemos un matrimonio feliz..

- si, asi es.

La rubia puso una mano en su pecho, justo donde esta su corazón.

- entonces...¿porque siento tanto odio, resentimiento y temor por ti?

Mei se incorporo en la silla rapidamente, viendo a la rubia con ojos de dolor.

- es un sentimiento...extraño y doloroso.

Mei solo tomo su mano dejando un pequeño beso con cuidado de no lastimarla.

- ..Solo son cosas tuyas.

- ...supongo que si...

Yuzuko se sento en la cama mientras mei acaricia su rostro suavemente mientras dejaba pequeños besos en sus mejillas y frente. A yuzuko solo le quedaba aceptar las caricias proporcionadas por la de ojos morados, sintiendo unas fuertes ganas de apartarla, solo aferro sus brazos al cuerpo de la pelinegra acercandola, escondio su rostro en su cuello intentando ignorar las fuertes ganas.

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