10. Luna llena

292 52 10
                                    

   La oscuridad de la noche cubría la aldea en el sueño nocturno de los habitantes.

   Un par de grillos entonaban el coro y el viento movía las cortinas.

   La luna llena se hacía presente.

   El lugar estaba totalmente oscuro excepto por una esfera de luz blanca que aparecía frente a sus ojos.

   La observó, curiosa, y se acercó a ella. Quiso tocarla, pero por alguna razón, sus manos no llegaban hasta ella, por más cerca que la tuviera.

   Emitía un sonido, pero no lograba entender cuál. Era como si gritara pero estuviera en silencio al mismo tiempo.

   La luz se hizo más brillante y más grande, hasta que se extinguió por completo, dejando en completa oscuridad al lugar.

   Ahora el frío envolvía el ambiente.


    Rina despertó con un dolor de cabeza agudo y los ojos pesados por el cansancio.

   Además de todo eso, se sentía rara. Recordaba lo que acababa de soñar, y aquella luz le causaba una sensación extraña.

   Se quedó acostada y mirando al techo por una hora entera, procesando todo. Cuando fue a la oficina de Tsunade, ya era tarde.

- ¿Te dormiste? - inquirió la rubia mientras escribía en un pergamino.

- Algo así.

- Wow. Qué ojeras, ¿Acaso te desvelaste?

   Rina se miró a un espejo y negó con la cabeza.

- Tuve un sueño extraño.

- ¿Sobre qué?

- Nada importante.

   La Hokage dejó de escribir un momento y la miró.

- ¿Sabes que ayer tu corazón se detuvo por unos segundos?

   La pelirroja abrió grandes sus ojos.

- ¿Cómo?

   Tsunade suspiró.

- Ese kunai te hirió más de lo que los demás creen, realmente casi mueres, te perforó el pulmón. Y ya sabes que tus pulmones son los que peores están.

   Rina no supo qué decir.

- Yo... Yo no creí que eso pasaría, en serio, no fue mi intención - balbuceó.

- Ya está, ya pasó. Pero tienes que ser más cuidadosa, no puedes ser el escudo humano de todos.

- Entiendo - dijo con la cabeza baja.

- Y tendrás que entrenar de una manera más suave por unos días, hasta que te recuperes del todo.

   La pelirroja asintió.

   Llegó tarde al entrenamiento, y aunque intentó correr hasta allí, no pudo.

- Parece que la pequeña Rina fue secuestrada por la almohada - la recibió Gai, riendo - Llegas una hora y media tarde.

- Realmente lo siento - bajó la cabeza a modo de disculpa - No sucederá de nuevo.

- Bonitas horas de llegar - la saludó Neji. Ella le sonrió un poco, sonrojada.

- Quería que me extrañen - bromeó.

- No lo lograste - le contestó él con tono burlón.

   Como siempre, entrenó con Lee y Tenten. Luego del almuerzo, Neji se acercó de nuevo a ella.

INSERTED || Neji Hyuga ||Where stories live. Discover now