Capítulo III

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27 de diciembre de 1560.
8:56 a.m.

F l o y d   W a s t e .







    La corte francesa es en definitiva como un campo minado de chismes, información y traiciones, justo igual que la corte en España. Es el campo perfecto para un espía, pero antes de que Katherine empezara con todo eso de la Red de Fantasmas nunca creí que nosotros nos dirigiríamos a alguna otra corte, de hecho yo le insistía que fuéramos a algún pueblo en Inglaterra pues allí ella tendría menos probabilidades de ser reconocida aún cuando su abuela era la mismísima Catalina de Aragón.

    Hubiéramos vendido el carruaje y algunos objetos de valor que ella aún conserva sólo para venderlos en caso de que pase algo y tengamos que volver a huir, luego habríamos vivido de una forma más humilde, algo que sé que nunca le molestaría porque es probable que así habría encontrado la paz que tanto busca.

    Sin embargo, cuando supe que la razón para venir a Francia era su prima Mary, no fui capaz de oponerme. Sobre todo cuando impulsivamente leí las cartas que se enviaban en escasas ocasiones, sólo para que nadie sospechara que la reina escocesa estaba donde estaba, de hecho Katherine era muy cautelosa en cuanto a los mensajeros. O mejor dicho mensajera, pues era una de las monjas del convento.

    Tal vez así fue como ella tuvo que volver a la corte francesa, quizás alguien se dio cuenta y habló con los ingleses.

    Pero esa no es la razón por la que Katherine y Mary no se hablan. No pasó mucho tiempo desde nuestra llegada a la corte cuando ambas pensaron en esa teoría, La bermejiza se lamentó muchísimo en ese entonces, no paraba de regañarse por eso hasta que la escocesa la calmó. No, la razón debe ser otra, pero no estuve ahí ni ninguno de los otros espías. Mary y Francis iban a París y Kathie se opuso a la idea de que fueran perseguidos por espías aún si eran los más discretos, aunque se tratara de la Red.

    Luego de la muerte de Francis ella se arrepintió por no enviar a nadie para que al menos supiéramos para quién trabajaban los asesinos. Al menos hasta hace una semana, cuando despertó sin recuerdo alguno de esta corte. Debí estar ahí para ella junto a Bash para poder calmarla pero no pude porque, aparte de haberme quedado dormido, también habían un par de espías que se reportaron ante mí con información extremadamente importante para Catherine... de Médici, claro está. Hay un complot en contra de ella para que no obtenga la regencia, aunque no sabían quién está detrás de esto o cómo la inculparán.

    Lo que sí saben ahora —pues me despertaron para avisarme justo esta mañana luego de haberlos enviado hace unos días en busca de más detalles— es algo enorme: La acusarán de haber envenenado a Francis antes de su muerte, algo muy probablemente creíble para cualquiera que oiga sobre esto considerando la historia de Catalina con los venenos.

    Y si hay alguien que puede hablar con la Reina madre directamente sobre esto, ésa es Katherine.

    Así que fui hacia sus aposentos entre los pasadizos como suelo hacer, pero no la encontré, por lo que voy a la biblioteca, un lugar al que suele ir como parte de su naturaleza, y tampoco la veo ahí. Entonces voy a los patios y la encuentro con el aún no coronado Rey practicando arquería. Charles declaró que había que esperar a que el período de luto terminara antes de pensar en su coronación, algo que fue muy amable de su parte, se nota que al menos respetó a su hermano.

    Aunque se dice que, considerando que él no era más que el hermano de Francis, así también se supone que debería ir el protocolo.

    Sin embargo, no creo que él sea tan bueno para Katherine. No tengo intención alguna de separarlos, pero Charles ya estuvo a punto de romper su corazón antes, cuando apenas había vuelto a la corte para que Francis lo llamara oficialmente su heredero por falta de hijos —uno legítimo al menos—, aún recuerdo cuando oí que perdieron al único bebé que lograron concebir.

Después del OlvidoWhere stories live. Discover now