Down to the sea bed. / larry stylinson.

Parte XIV

Encontré un lugar en donde reposar mi cabeza. Nunca me dejes ir.

***

Día 4. (Continuación).

Puedo identificar a Niall por su cabello rubio y sus manos nerviosas, está caminando en la puerta principal justo cuando me detengo, con la respiración pesada y mi cabeza mareada.

— ¡Niall! —grito con todas mis fuerzas, entre la música electrónica y las personas hablando. Niall se voltea un segundo, mirándome como si supiera exactamente lo que estoy por hacer, y entonces, con una sonrisa corta en sus finos labios, sigue caminando.

Nick se está bajando de las escaleras en ese momento, se ve más desorientado que antes y me hace un puchero desde el último escalón.

—Oye, eso no fueron cinco minutos —gruñe. Lo observo con los ojos entornados.

—Oh, por favor, vete a la mierda —veo con satisfacción la ofensa en sus ojos antes de avanzar.

Aparto a la gente con apuro, recibiendo quejidos, antes de que al menos pueda llegar hasta la puerta, alguien sostiene mi muñeca con fuerzas, haciendo que mi cuerpo trastrabille hacia atrás violentamente. Siento que estoy en una lavadora humana y no paro de girar por todas partes, con mis organismos revoleteándose en mi estomago y mi corazón apunto de soltarse.

—Harry, por favor, no... —Digo, volteándome. Para mi sorpresa, (pero no tanto), Zayn me frunce el ceño, una fina capa de sudor brilla en su frente. Hay una chica detrás de él sonriéndome de mala gana, impaciente, esperando a que Zayn vuelva a escucharla.

— ¿A dónde vas, Louis? —en cambio él dice. Mi mente se encuentra un poco nublada ahora, se siente casi como alcohol y depresión. Pero peor, mucho peor.  

—Tengo que ir por Niall, es muy tarde —gimo con desesperación, y eso claramente hace que se preocupe de inmediato, sus cejas elevándose, pero no importa. Necesito decirle tantas cosas aun, pero más tarde, en algún momento, en otra vida. Lo miro fijo un segundo, solo un pequeño momento que se vuelve infinito, como los sueños, no duran tanto como crees que lo hacen.

Me suelto de su agarre con rapidez y sequedad, y mis pies no están corriendo lo suficientemente rápido para alcanzar a Niall, pero si para divisarlo, una sombra más en la oscuridad, entrando en un auto, o lanzándose en él.

Hay una amarga bilis en mi garganta y pienso, lo perdí, se está yendo, mi oportunidad, su vida, despertaré mañana sintiendo la misma sensación vacía de mierda en mi pecho. Y con el tiempo me cansaré, con el tiempo solo tendré que no hacer nada más, como los ancianos, esperando sentado a que la muerte llegue por sí sola, viendo pasar los mismos días una y otra vez, intentando cambiar algo, una huella que se desvanece con la maldita lluvia.

¿Cómo es que esto siquiera sigue pasando? El barro salpica por todas partes cuando Niall da marcha atrás y sale del estacionamiento como un parpadeo. Estoy por colapsar en medio de la lluvia, ¿Recuerdas todas esas veces que te hablaron sobre la esperanza? Pues déjame decirte que son una mierda, habladurías de gente que nunca sintió ni la mitad de lo que yo experimenté, se pueden ir a la mierda, con sus apocalipsis y su fe. Tan solo mírame, un humano hecho de tristeza cayendo de rodillas en medio de la lluvia con las esperanzas esparcidas y marchitadas a su alrededor.

— ¡¿Louis?! —alguien grita no tan lejos de mí, toco el barro entre mis dedos, sintiendo la vida en ellos, pero nunca estando tan muerto antes, tengo esa necesidad de gritar con fuerzas aunque sé que probablemente no tendré respuesta alguna—. ¡Louis! ¡Louis, qué demonios! —es Harry, lo sé por su voz, su acento y sus ojos verdes reflejando las estrellas quemadas cuando se hinca en el suelo también, mojándose por completo. Es casi como una escena que imaginaria en el apocalipsis, todos sufriendo y llorando entre la suciedad, pero Harry sigue siendo tan hermoso, ni siquiera lo intenta ¿Sabes? Sus ojos llorosos, sus labios rosados e hinchados, es tan hermoso... es tan... tan... —. ¿Louis? Oye, Lou, ¿estás bien? ¿Qué estás haciendo?