28 ── P.M

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En unas horas tendría su desenlace todo ese asunto de los "Flag-Smasher". Aunque Bucky no me explica mucho por todo ese asunto de la seguridad, lo acompaño hasta su departamento donde se prepara para salir en la noche.

Mmm. Indudablemente, tenemos que hacer algo con su apartamento, el lugar es deplorable y si Holly supiera que duerme en el suelo, probablemente lloraría.

Cuando sale enfundado en su traje, con su brazo metálico expuesto como la fina pieza de arte que es, me parece que debería ser legal vestir tanto negro y cuero. Bucky me observa expectante, mientras yo contemplo la imagen frente a mí sin ningún tipo de vergüenza.

—¿Tienes de esos pantalones en un par de tallas más pequeñas? —Sonrío caminando hacia él.

—¿Quiero saber de qué hablas? —él suspira.

—Es que esos pantalones hacen maravillas con tu trasero —Apenas tengo oportunidad de acabar de bromear cuando ya estoy en sus brazos, finjo luchar contra su agarre y sus manos suben por mis piernas hasta que estoy siendo cargada por él.

¿Ya he dicho lo impresionante que es que pueda cargarme como si no pesara más que una bolsa de golosinas?

Me deleito con la manera en que besa mi risa y suspira entre cada beso.

Pero nuestra romántica sesión de mimos se ve interrumpida porque el deber llama y, cuando el sol se pone, Bucky debe marcharse para poner en orden a las cosas con el nuevo Capitán Cuando le inquirí acerca de sus sentimientos al respecto, me aseguró que su lealtad dependía del hombre que portara el traje, no del Capitán.

—Sam es un buen hombre —afirmó Bucky—. Steve sabía lo que estaba haciendo cuando lo eligió.

Holly aparece en mi departamento unas horas después con una cantidad considerable de comida china y Lottie oculta en su bolso. Ella asegura que debemos permanecer unidas en los momentos difíciles y que es importante saber lo que las noticias no dicen. Yo estoy segura de que tiene que ver con el asunto de que lo haya respondido en casi todo el día por estar, mmm, compartiendo tiempo con mi novio.

Oh Dios mío. Bucky es mi novio.

Jaime no se va cuando mi amiga baja de la camioneta, estaciona la minivan y Holly desde atrás me hace ojitos para disculparse por la presencia de nuestro amigo. Lo cierto es que no consideré que él se nos uniera y presumo, ella tampoco.

Pero disimulo bien mi sorpresa y los invito a pasar cuando ya han saludado a Mercedes y Marianne, que en este punto, estoy segura de que tienen un radar que les indica cuando aparece una persona extraña en el edificio.

Veo el temor en los ojos de Jaime cuando nos percatamos la mirada fija que tiene Mercedes en el bolso de Holly. Pero la rubia le sonríe como si nada e incluso le ofrece unas galletas de avena, chica lista.

A.M. ✦ Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora