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❝ mis ojos apagados y mi rostro inexpresivo comienzan a brillar cuando estoy cerca de ti. ❞
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un ruido tosco acompañado de unas pisadas constantes provocaron que tanto ren como mila se separaran de su abrazo para observar extrañados el panorama, no había rastro de nadie pero el sonido fue contundente. la castaña negó con la cabeza, otorgándole una mirada confusa a ren.
— ¿escuchaste eso?. — él asintió. —¿qué crees que haya sido?. —
— no te preocupes por eso, probablemente fue alguien que vino a la azotea y decidió volver. —
— y nosotros deberíamos volver también, tus amigos deben estar echándote de menos. — mila hizo un gran esfuerzo por no retorcerse ahí mismo del dolor de estómago que la presencia de ren le generaba. como era costumbre, él no respondió y ambos se dirigieron escaleras abajo, cruzando en pasillo.
— ¡thyme!, ¡para ahora mismo!, ¡detente!. — los gritos de lo que reconoció como la voz de gorya la asustaron muchísimo. ren caminó a su lado para presenciar la forma brutal en la que thyme golpeaba a un estudiante. — ¿qué demonios estás haciendo?. — mila y ren avanzaron los suficiente para detener a gorya centímetros antes de acercarse a thyme y el susodicho concluyó pateando a aquel chico en el suelo. los amigos de la pobre víctima corrieron hacia él, preocupados.
