Alicia una joven con un poder muy especial que desafortunadamente en un naufragio pasó por un portal que la llevó a un mundo totalmente nuevo y por descubrir aunque realmente dicha tierra ya fuese conocida en el pasado por los humanos. Nuestra elegi...
Los tambores de guerra volvían a sonar entre los reinos élficos y una nueva lucha estaba a punto de estallar en el continente. Una guerra interna por el reparto de las nuevas tierras del norte que habían sido liberadas tras la desaparición de la Gran Calamidad. Los líderes habían intentado por todos los métodos evitar el conflicto, sin embargo el apego que tenían algunos de los reinos a esas tierras ancestrales y sagradas eran demasiado grande para dejarlas sin protección y supervisión.
Los diversos embajadores fueron una y otra vez a mi aposentos para tratar de convencerme de que su causa era justa y legítima para que así, yo como sacerdotisa de la purificación y de luz avalase su guerra como apoyo divino a la contienda, sin embargo yo reusé en todas las ocasiones debido a que el fin no siempre justifica los medios y menos en este caso, puesto que el acuerdo del reparto de la tierra santa se podría haber consumado en una negociación diplomática con total normalidad, pero los aires belicistas de algunos de los lideres y la poca toleración a la diplomacia de otros cuantos a provocado que el conflicto escalase hasta el abismo de empezar una nueva guerra, no obstante no una guerra cualquiera puesto que se trataba en mi parecer de una guerra civil entre los hijos de las deidades.
Los bandos estaban muy bien definidos, por una estaba el bando más beligerante y con un ejercito más peligro y grande, los cuales eran Los elfos del Bosque y los Enanos y por la otra estabas los ejecitos del Los elfos del Mar y los magos de Lumina que aunque con pequeñas en comparación con sus oponentes contaban con la ventaja estratégica, además de los grandes poderes mágicos de la dama blanca.
Elfos del bosque
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En la víspera del conflicto solo esperaba que mis amigos los elegidos pronto regresasen para poner fin a este caos que se había apoderado de la región centro-norte del continente, donde ya pequeños combates habían comenzado para obtener la mayor ventaja posible una vez empezara el conflicto. Mi cabeza me dolía constantemente puesto que podía escuchar en mi mente las muertes que se estaban cometiendo entre hermanos de un mismo bando o incluso linaje con el fin de reclamar lo que es suyo.
- Lumina: Alicia aislarte no te va a servir de nada, nosotros no somos los malos aquí... únicamente queremos proteger el dictamen divino para así salvaguardar la estabilidad del continente.
-Alicia: En eso te equivocas Lumina, como representantes de las deidades en la tierra debemos de hacer cumplir su voluntad, pero siempre podemos ser intermediarias para llegar a un acuerdo, tu sabes más que nadie que los dioses siempre han sido benevolentes con los pueblos mágicos, LO UNICO ES QUE NO HAS QUERDIO HACER NADA SOLO IMPONER UNA DOCTRINA.
- Lumina: Alicia tu apenas llevas cinco años en esto querida... yo llevo milenos y se perfectamente cuando ceder y cuando no.
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