Alicia una joven con un poder muy especial que desafortunadamente en un naufragio pasó por un portal que la llevó a un mundo totalmente nuevo y por descubrir aunque realmente dicha tierra ya fuese conocida en el pasado por los humanos. Nuestra elegi...
Grandes distancias recorrí sobrevolando las maravillosas tierras de este mundo, observando desde la distancia como las criaturas mágicas disfrutaban de La Paz y la armonía en la que se encontraban estas llanuras desde hace ya 15 años. A penas unas horas después, llegué al Reino de las Hadas, el cual aún se encontraba en reconstrucción, debido a que era mucho lo que tenían que reconstruir para el bajo número de efectivos que quedan, sin embargo todo parecía que en la próxima primavera la nueva generación de Hadas llegaría tras cien años de incubación, por lo que poco a poco se recuperarían de dicha situación.
-Roxane: Elegida Alicia, un gusto verla en mi reino, creo que la última vez que estuvo aquí casi os mato a sus amigos y a vos - dijo con una carcajada-
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-Alicia: Por favor, Roxane no me tratéis de usted... al y al cabo tenemos el mismo rango.
-Roxane: Cierto joven, pero fue usted y no yo, la que logró vencer a la Sombra - la abrazó - por tu cara diría que no te voy a ver en mucho tiempo, esa es mi corazonada.
-Alicia: Tan perspicaz como siempre guardián - comenté contenta- tienes razón, un nuevo viaje y misión comenzarán pronto y he venido a despedirme de vos y rendirle tributo a Amalia, puesto que fue la última de mis amigos en caer...
-Roxane: Tenemos una escultura de ella en la plaza norte de la ciudadela, quédate todo el tiempo que necesites - antes de alzar el vuelo- que tengas buen viaje elegida, sea lo sea sé que lo harás bien...
-Alicia: Cuídate mucho Roxane.
Después de la breve conversación con el Guardián de las hadas, me dirigí a dicha plaza norte, donde me aguardaba una figura a tamaño real de Amalia, tan mágica que casi parecía que estuviese conmigo.
-Alicia: querida amiga... no sé cuando reencarnarás si mañana o dentro de un par de siglos, pero sea como sea partiré a mi viejo mundo, debo de salvar a los humanos de su autodestrucción...
Finalmente mi última parada sería el Reino del Mar, uno de los dos reinos elficos del continente, de donde procedía mi mejor amigo Norber, príncipe de los elfos del mar, sin duda la persona más increíble que he conocido en toda mi vida, me transmitía serenidad, bondad, poder, cultura. Se podría decir que su alteza real era un autodidacta y para terminar con su gran personalidad también era un gran guerrero y un noble elegido, digno del cargo que se le fue entregado en el cónclave.
Al llegar a la capital fui muy buen recibida por los elfos mundanos, así como la nobleza del reino. La ciudadela continuaba siendo una obra de arte arquitectónica para la vista, hecha en su totalidad por lapislázuli y zafiros, por donde fluían pequeños canales y acueductos a su alrededor. Me resultaba muy acogedor el ambiente de la ciudad, puesto que a pesar de la guerra, seguía conservando su esencia animada y a la vez tranquila.
Me recorrí aquellas calles en la que años atrás pase con mis amigos,los elegidos en numerosas ocasiones, hasta finalmente llegar al palacio real donde me aguardaban sus majestades, los padres de Norber, los cuales estaban deseosos de poder verme y conversar acerca del la lucha final contra las sombras, así como mi partida hacia las tierras humanadas en el otro mundo.
