LA TIERRA MÁGICA

Capítulo 10// ATRAPADOS

Los pasillo eran inmensos y los techos super altos, dignos de una gran fortaleza sin lugar a dudas, no obstante no iba corriendo a mi libere albedrio sin más, sino que cada ciertos metros me para a comprobar los pasillos, sobre todo en los cruces que era donde acostumbraba a ver a los guardias, pero no fue muy difícil sortearos, así que al cabo de unas horas llegué a la sala del trono donde me esperaba a ver a Jack, pero en su lugar estaba la gélida y temible reina.

- Reina Luna: ¿Cómo una elfa de las tierras salvajes se ha podido escapar de mi prisión? - preguntó con una risa siniestra y confiada-

- Alicia: Digamos que uno de sus guardias cayó en la tentación, su majestad.

- Reina Luna: Vaya que confiada, es lo malo de tener un ejército de hombre bárbaros ¿no crees? se acercó a mi- siempre se quieran aprovechar de nosotras las mujeres porque creen que somos débiles.

- Alicia: Los elfos no son así...

- Reina Luna: Cierto, es lo único que admiro de ellos, da igual tú genero o a quién ames, los elfos trataran a todos por igual, pero se nota que a mis hechiceros les corre sangre humana, puesto que esas costumbres bárbaras de creerse superior a nosotras viene de ahí... bueno tú lo sabrás más que nadie ya que eres una humana cierto.

- Alicia: ¿eh? su majestad le juro que no era mi intención mentirle...

- Reina Luna: - se acercó enojada rápidamente- Lo supe desde la primera vez que te vi, pero si mis hombres hubiese descubierto que eran humana no hubiesen dudado en experimentar contigo hasta la muerte, así que como brujos y humanos somos parientes decidí encubrirte.

- Alicia: Gracias majestad... le estoy muy agradecida y lo la quiero faltar el respeto preguntadle esto... pero ¿tan débil esta su reino para que no podáis cerrar la frontera norte.

- Reina Luna: ay... - decía con desgana- los sureños siempre preocupados y temerosos con que sellemos la frontera... pobre gente siempre viven con ese temor, pero mis soldados están bien, lo único que ya estoy cansada de ser yo la única en sacrificar hombres para retener a esas abominaciones, así que simplemente deje de contenerlos - se volteó y se sentó en el trono- ahora que sean ellos mismos que se defiendan, las ciudades de mi reino tienen grandes murallas de mi hielo y situadas en posiciones estratégicas, no nos afectarán dichas criaturas.

En ese momento había entendido un poco más a la reina del hielo, su postura era bastante lógica, puesto que su reino siempre ha estado en frontera con las tierras malditas, su ejército siempre los habían estado conteniendo sin ningún tipo de ayuda del sur para asegurar su mutua protección y hacer más leve la carga de dicho trabajo, así que simplemente se cansaron de ser ellos quienes sacrificasen sus vidas y materiales en beneficios de otros, aunque igualmente Luna era peligrosa, ya que era una tirana que usaba su gran poder para sembrar el miedo y gobernar con mano de hierro en su reino, por lo que me decidí a entablar combate con ella para poder irme junto con mis compañeros elegidos y así poder continuar hacia las tierras malditas y sellar de una vez por todas la magia oscura que siempre amenazaba con escarparse en cualquier momento desde que su primer sello empezó a debilitarse.

Pasaron dos horas de combate y yo concentraba mis últimas fuerzas, ya que la mayoría de mis ataques eran físicos, mientras que los de ella eran mágicos, por lo que no pude mantener el ritmo y poco a poco fue ganándome terreno hasta que finalmente consiguió derrotarme, no sabía lo que hacer, mis aliados estaban congelados y desconocía el paradero de Jack, así pues me retiré como pude de la sala con mi orbe huida y desaparecí.

Me trasladé hacia un posición más estratégica donde pude descansar y curarme  las heridas que me había ocasionado el combate con Luna. Además que me puse rápidamente a elaborar un plan muy simple, el cual consistía en liberar a Jack y que el con su poder de hielo heredado de su madre descongelar a Norber y Melissa para poder atravesar de una vez por todas el camino norte rumbo a los territorios sombríos, es decir intentar evitar el combate en la medida de lo posible sobre todo con la reina del hielo.

Comencé a aplicar el plan que había trazado para poder liberar a Jack y como por arte de suerte no me habían detectado en toda mi rutas por los callejones de la ciudad acercándome a la torre vigía donde se encontraba de mi amigo, así que un vez llegué a los pies de dicho edificio utilicé el único hechizo mágico que podía usar el cual era "encanto" por lo que pude manipular a los soldados para que me dejaran pasar y de esa manera libere a Jack, el cual estaba totalmente magullado y lleno de heridas, por lo que lo ayudé a levantarse y curarse las heridas poco profundas.

- Alicia: Jack tenemos que descongelar a Norber y a Melissa con tu poder - trago saliva- y debemos de evitar el combate en la medida de lo posible.

- Jack: No sé si podré hacerlo, ya que el poder de mi madre es mucho más potente que el mío, pero lo intentaré.

Los dos proseguimos con el recorrido hacia la cárcel de los cuerpos congelados, para después iniciar la búsqueda entre tantos, no obstante el tiempo se nos acababa, debido a que hechizo estaba a punto de terminarse, así que nuestro tiempo era limitado y agilizamos la búsqueda de nuestros amigos. La tensión y el nerviosismo se apoderó de nuestros cuerpos y justo cuando estuve a punto de desfallecer pudimos encontrarlos, sin embargo no todo iba a ser fácil,  puesto que una vez nos acercamos a ellos se habían despertado los guardias y nos andaban buscando por toda la sala, así que nos escondimos detrás de las estatuas de hielo con el pulso a mil por hora, debido a que en ese momento los teníamos justo detrás y mientras Jack intentaba descongelar a los elfos yo distraje con sonidos y ruidos a los guardias para darle más tiempo.

Como si fuera un milagro no nos descubrieron y pudimos permanecer a salvo junto a los cuerpos de nuestros compañeros, no obstante a Jack se le estaba haciendo complicado poder deshacer el nudo del hechizo de su madre, ya que era increíblemente complejo y requería mucha energía, energía con la que Jack no contaba y el tiempo apremiaba, por lo que decidí prestarle mis fuerzas a pensar de que negara en varias ocasiones, pues mis poderes mágicos eras muy débiles y no podría realizar muchos esfuerzos, pero aún así decidí intentarlo transmitiéndole la poca energía que emitía mi núcleo mágico. El esfuerzo que hice fue demasiado, ya que me sentía inútil, como si fuese el miembro más débil de los elegidos y me esforcé en demasía tanto que provoqué una pequeña onda de energía que gracias a ella pude ayudar a Jack, pero me desmayé y perdí el conocimiento.